Uno de los cinco sentidos es la audición. Escuchar nos permite relacionarnos con nuestro alrededor. De niños, aprendemos a hablar al imitar las voces de nuestros mayores. La mayoría de las cosas que sabemos las aprendimos escuchando a nuestros padres, profesores, la televisión y la radio. La música, los sonidos de la naturaleza, las voces de los seres queridos pueden brindarnos placer; las sirenas y alarmas pueden alertarnos del peligro, incluso, cuando estamos dormidos.
El punto de partida del lenguaje (principal característica distintiva del ser humano) es la audición, con lo cual su ausencia o disminución implican importantes consecuencias personales, familiares, sociales, educativas y culturales.