Pink Floyd: The Wall | Viernes de culto
Pink Floyd: The Wall | Viernes de culto
En cierto momento, entre los años sesenta y setenta, surgió un fenómeno notable: el de las “midnight movies” o películas “de culto”.
¿Cuándo?
Viernes de mayo, 18 h.
¿Dónde?
Centro Cultural Recoleta | Junín 1930 | Recoleta
Gratis
Viernes de culto
En cierto momento, entre los años sesenta y setenta, surgió un fenómeno notable: el de las “midnight movies” o películas “de culto”. Aunque no son calificaciones equivalentes (lo segundo es mucho más amplio e incluye toda clase de films) respondían a la reunión en un cine para ver una película que se convertía en el objeto de una especie de misa -la definición es de J. Hoberman y Jonathan Rosenbaum, autores del libro clásico sobre el tema- a la que los espectadores peregrinaban. Es célebre que podían incluso cantar o bailar los cuadros del film en plena función, disfrazarse como los personajes, vivir con la película como telón de fondo. En la Argentina de los años setenta, ese fenómeno no se dio con las mismas obras que en los EE.UU., pero todos recuerdan trasnoches de viernes o sábados en los desaparecidos cines Lara de Avenida de Mayo, Losuar de Corrientes o el mítico subterráneo del Arte. Y por norma, esas películas incluían música de rock, ironía e imágenes fuertes. En este ciclo tenemos cuatro de esas películas para continuar el culto.
- Viernes 9 de mayo, 18: Un fantasma en el paraíso
- Viernes 16 de mayo, 18 h: La canción sigue siendo la misma
- Viernes 30 de mayo, 18 h: Pink Floyd: The Wall
Programación detallada por contenido
Viernes 9 de mayo, 18 h
La historia de un compositor que vende su obra -una versión de Fausto como ópera rock- a un productor que se la roba, de un accidente que lo mutila y lo transforma en el abuelito de Darth Vader (sí, el amigo de De Palma, George Lucas se basó en el Fantasma para su icónico villano), de ese productor como un avatar de Drácula y Dorian Gray, y de un teatro en cuyas bambalinas habita un espíritu vengador (porque el molde es El fantasma de la Ópera, claramente), es un festival de citas cinéfilas que van de Orson Welles a Alfred Hitchcock, del terror de la Universal al musical de Vincente Minelli, y mucho más. Pero antes que eso, y gracias a la enorme banda de sonido de Paul Williams (que protagoniza como Swann, el villano, extrañamente también en busca del tiempo perdido) es una sátira sobre la relación entre el arte y el público, la respuesta descorazonadora a la pregunta del para qué de un espectáculo. Sigue siendo magistral.
Viernes 16 de mayo, 18 h
Led Zeppelin era, en 1973, la mayor banda de rock del universo conocido. Y hoy sigue siendo una de las más grandes, por cierto. En ese entonces, la dupla Robert Plant – Jimmy Page era, además, lo más sexy que podía encontrarse sobre un escenario.
En tiempos en que las giras mundiales eran algo raro o directamente inexistente, este film-concierto, grabado durante las presentaciones de la banda en el Madison Square Garden —cuando estaban en la cima absoluta de su fama—, se volvió un objeto de culto que se mantuvo años en cartelera en pequeños cines de todo el mundo. Argentina incluida, claro, donde llegó a verse —o lo que quedaba de la copia, especialmente en la muy gastada parte de “Stairway to Heaven”— hasta bien entrados los años noventa. Una verdadera fuga a la medianoche para generaciones que peregrinaron a escuchar al cuarteto como si realmente estuvieran ahí.
Viernes 30 de mayo, 18 h
Podemos pelearnos con Alan Parker y con esta película por ser más un compendio de videoclips que tratan de contar una historia (la de Pink, un músico de rock que enloquece en el pico de su fama pero que, bueno, ya venía fallado de fábrica, como lo alegoriza la película). Podemos decir que Roger Waters alguna vez fue otra cosa y hoy ya no lo queremos. Podemos decir demasiadas cosas, pero The Wall fue un hito por varias razones. La primera, porque Alan Parker trabajó con los músicos escrupulosamente; la segunda, porque intervino el gigantesco Gerald Scarfe en los dibujos y las animaciones (notables, lisérgicas en el sentido más amplio del término) que redondean la historia de Pink desde su subconsciente. Tercero, porque las imágenes tienen una fuerza notable incluso cuando pecan de subrayadas. Y cuarto, porque la música inunda todo. En la Argentina se prohibió (se estrenó casi al tiempo que terminaba la Guerra de Malvinas) y luego se permitió. Pero terminó recalando en interminables trasnoches del Select Lavalle, donde se mantuvo más de una década.