Acciones de adaptación
El Plan de Acción Climática 2050 incorpora distintas acciones de adaptación para hacerle frente a los impactos del cambio climático
El Plan de Acción Climática 2050, elaborado en cumplimiento de la Ley N°3.871 del año 2011 y de compromisos internacionales, presenta una estrategia a largo plazo a 2050 para lograr una ciudad carbono neutral, resiliente e inclusiva, en línea con lo establecido en el Acuerdo de París. En este marco, incorpora medidas y metas relacionadas con la adaptación del cambio climático a fin de reducir vulnerabilidades, prevenir daños y pérdidas.
Las medidas de adaptación del PAC permiten la reducción del riesgo frente a olas de calor e inundaciones a través de obras hidráulicas, el fortalecimiento y mantenimiento de la red pluvial, la reurbanización de barrios, la capacitación para vecinos y el fortalecimiento de la red salud pública.
Grandes obras para menor riesgo
La Ciudad de Buenos Aires se encuentra ubicada en una planicie, lo que dificulta el drenaje del agua por su escasa pendiente. A esta característica, se suma el aumento progresivo en la frecuencia y la intensidad de las precipitaciones producto del cambio climático, por lo que la posibilidad de anegamientos e inundaciones es uno de los riesgos principales a los que se enfrenta la Ciudad.
El Plan de obras de infraestructura hidráulica de la Ciudad ha permitido retener los excedentes hídricos provenientes de las precipitaciones disminuyendo la ocurrencia de inundaciones y evitando impactos negativos en la población. En la actualidad, este Plan continúa a través de obras de ampliación del sistema hidráulico en las principales cuencas hídricas de la Ciudad. De esta manera, se potencia constantemente la capacidad de respuesta ante los eventos de precipitaciones extremas.
Asimismo, dada la existencia de gran cantidad de cursos de agua entubados, se desarrollan herramientas de comunicación territorial y virtual que permiten visibilizar los arroyos existentes en la Ciudad, mejorar la vinculación de la ciudadanía con el agua y sensibilizar sobre el riesgo hídrico. En línea con esta estrategia, el Centro Vivencial del Agua permite recorrer la Ciudad y su historia a partir del conocimiento de sus cuencas y arroyos, se brinda información sobre el ciclo del agua, las lluvias y los desafíos vinculados al cambio climático. También se informa sobre el Plan Hidráulico y su rol para hacer frente a las inundaciones así como sobre las medidas disponibles para responder ante emergencias hídricas.
Preparados para las tormentas
Cada vez que llueve en la Ciudad, el agua es recolectada por la red pluvial y descargada en el sistema hidráulico. Para asegurar la correcta evacuación del agua durante las tormentas en los más de 29.000 sumideros de la ciudad, es necesario asegurar que todos los elementos de la red pluvial estén libres de obstrucciones. Es por ello que se trabaja para prolongar y fortalecer acciones de limpieza, de manera de evitar que las personas o infraestructura se vean afectadas.
Complementariamente, la red pluvial cuenta con sensores hidrometeorológicos que posibilitan un sistema de evaluación precisa y en tiempo real de lo que sucede en eventos de precipitaciones. A partir de ellos, se obtiene información sobre los principales problemas de las cuencas de la Ciudad. Por este motivo, se trabaja en la ampliación de esta red de sensores para aumentar la información disponible, y así mejorar la capacidad preventiva y de respuesta ante potenciales inundaciones.
La Ciudad cuenta con un Sistema de Alerta de Tormentas (SAT) que permite analizar y evaluar la predicción de tormentas, advirtiendo sobre probables inundaciones y mejorando el manejo de situaciones de emergencia. Como parte del fortalecimiento de esta red, se iniciará un proceso de integración del SAT con los sensores hidrometeorológicos del sistema pluvial para permitir evaluaciones más precisas.
Integrando los barrios
A lo largo de su historia, la Ciudad de Buenos Aires fue creciendo en extensión y en población. El número de barrios y de habitantes fue cambiando llegando, en algunos de ellos, a lograr una gran densificación. Entre estos se encuentran diferentes barrios populares expuestos a mayores riesgos climáticos por su gran densidad, la falta de ventilación en las viviendas y de infraestructura básica sumado a la carencia de espacios verdes que propician el aumento de la temperatura y del efecto de isla urbana de calor. Asimismo, su ubicación y características favorecen los anegamientos ante eventos de precipitación.
Tal como se viene realizando, de cara al 2030, se continuará reurbanizando diferentes barrios de la Ciudad enfocándose en tres ejes:
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Integración urbana (servicios públicos, criterios urbanos, transporte).
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Integración habitacional (vivienda digna, tenencia de viviendas).
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Integración socioeconómica (salud, ambiente, educación, seguridad, trabajo).
Las principales intervenciones planteadas se basan en la construcción de nuevas viviendas y el reacondicionamiento de las existentes, la regularización dominial de las propiedades, la extensión de los servicios públicos, la apertura de calles y el acceso del transporte público, la incorporación de espacios verdes y el acceso de los servicios de emergencias. De este modo, se logra la reducción de la vulnerabilidad de los vecinos al reducir el riesgo de inundaciones y se encuentran más preparados ante altas temperaturas y olas de calor.
En las nuevas viviendas construidas en diversos barrios se consideraron criterios ambientales. En el caso del Barrio 31 se incorporaron estándares de sostenibilidad que permitieron alcanzar, en algunos casos, certificaciones por la eficiencia en el uso de la energía y el agua. Estas medidas están acompañadas con medidas de fomento de la movilidad sostenible a través de la incorporación de ciclovías, estaciones de Ecobici y el acceso al transporte público.
En materia habitacional, adicionalmente a las líneas de trabajo en barrios populares, se diagraman políticas y programas para facilitar el acceso a viviendas de los sectores de menores recursos, a través de créditos hipotecarios blandos.
Vecinos más preparados
Los adultos mayores integran uno de los grupos más vulnerables frente al cambio climático, en especial, ante las altas temperaturas. Al reducirse con la edad la sensación de sed, aumentan las posibilidades de deshidratación ante las altas temperaturas y así resultan ser una de las poblaciones más propensas a sufrir golpes de calor.
Mediante el Programa de Adaptación frente a Eventos Climáticos Extremos, se concientiza a los adultos mayores sobre el cambio climático y se les brinda herramientas para reducir el riesgo de su impacto y para aumentar su capacidad de respuesta. Se llevan a cabo talleres en diversos espacios y durante los días de olas de calor se complementan con campañas de mensajes masivos con consejos, distribuidos a través de correos electrónicos, llamadas y mensajes telefónicos. A futuro, el programa llegará a todos los Centros de Día y Centros de Jubilados de la Ciudad, y se proyectarán videos de prevención ante olas de calor en espacios con frecuencia habitual de adultos mayores.
Además, se capacita a adultos mayores, talleristas y personal de diferentes programas del Gobierno de la Ciudad que trabajan con población vulnerable, para que repliquen el mensaje y actúen como agentes concientizadores sobre el cambio climático.
Red de Salud Pública
El fortalecimiento de la red de salud pública, gratuita y de calidad para todas las personas que viven, trabajan o transitan en la Ciudad, es una tarea que se realiza hace más de una década en la CABA. El foco está puesto en la atención primaria y organizada en cuidados progresivos y continuados y, en el impulso a la modernización tecnológica e informatización de los procesos clínicos y de apoyo.
La pandemia del COVID-19 aceleró estos procesos de fortalecimiento para aumentar la capacidad de atención. Asimismo, se continuarán reforzando los sistemas de respuesta y actuación ante emergencias.
Además, a través del Departamento de Salud Ambiental, se busca dar respuesta a cuestiones de salud generadas por condiciones ambientales como: la calidad del aire, la contaminación acústica y aquellas condiciones climáticas adversas potenciadas por el cambio climático.
Finalmente, la Ciudad cuenta con un plan estratégico y sistémico para prevenir, controlar y vigilar enfermedades transmitidas por mosquitos; para minimizar la morbilidad y mortalidad; disminuir el riesgo de propagación de los brotes y prevenir la pandemia del dengue en la Ciudad, teniendo en cuenta que el aumento de las temperaturas implica un aumento de mosquitos transmisores de enfermedades
Infraestructura Verde Urbana (IVU)
La infraestructura verde urbana (IVU) es una red de áreas naturales y seminaturales gestionada para lograr una gran amplitud de servicios ecosistémicos y proteger la biodiversidad. Algunos ejemplos en la Ciudad de Buenos Aires son el arbolado urbano, las reservas ecológicas, y los parques y plazas.
La IVU aumenta las capacidades de la Ciudad para enfrentar el cambio climático, ya que reduce el riesgo e impactos derivados de amenazas climáticas como altas temperaturas, olas de calor y precipitaciones intensas.
Para más información, visitá: Infraestructura Verde Urbana