¿Viste la primera parte de los consejos para aprovechar los alimentos? ¿Se te ocurrieron otros? ¿Te quedaste con ganas de saber más? Traemos una nueva serie de tips para optimizar la cocina en casa, reduciendo los desperdicios y aprovechando los recursos.
El apio.
¿Lo probaste para jugo, para ensaladas? Si solés dejar las hojas de lado y utilizar solamente el tallo, prestá atención a esta información: las hojas pueden utilizarse tanto para preparar caldos (y condimentar con él salsas o sopas) como para incluir en ensaladas. Bien lavadas, y cortadas fino, se pueden sumar a cualquier mezcla de verdes, aportando un gran sabor. Si no solés usarlas, comenzá con una cantidad chica, porque el sabor es fuerte.
El brócoli.
Esta verdura funciona de modo parecido. Si cortás las partes más verdes para hervir o hacer al vapor, los tallos también pueden aprovecharse: se pueden rebozar y freír, o dorar al horno para armar una picada. También se pueden sumar a un caldo.
Cáscara de naranja.
Té, mate, mermelada, aromatizador del hogar... La cáscara de naranja tiene una gran concentración de sabores y aromas, que podemos aprovechar de diversas formas: si la dejamos secar la podemos sumar a mates y tés; fresca la podemos utilizar para hacer una rica mermelada, o incluso podemos buscar una receta para hacer confituras, chips, azucararla, o bañarla en chocolate. También está buenísimo tenerla a mano para aromatizar un cóctel. ¡Una delicia!
Huesos y grasa de carne.
Este es un clásico: si vas a limpiar un corte de carne para alguna receta, no dudes en guardar los restos (incluso pueden ir al freezer si no querés utilizarlos en el momento), y sumarlos luego a un caldo.
Hojas de remolacha.
¿Sabías que se consumen y que, además, son muy ricas? Pueden aprovecharse en un montón de platos originales y los vuelven muy nutritivos: tortillas, buñuelos, salteadas, y hasta crudas en ensalada. ¡Descubrilas!
