Cuando bajan las temperaturas, las estufas eléctricas de cuarzo y halógenas se convierten en aliadas esenciales para mantener el hogar cálido. Sin embargo, muchas veces se pasan por alto ciertos cuidados que pueden alargar su vida útil y evitar problemas de seguridad. Germán Coccia, docente del curso de Reparación de Pequeños Electrodomésticos del Centro de Formación Profesional N° 6 (CFP) ubicado en el barrio Parque Chacabuco, comparte algunos consejos clave para su correcto mantenimiento.
Para garantizar un buen funcionamiento, es importante prestar atención al guardado y limpieza. Una vez terminado el invierno, lo ideal es conservarlas en una bolsa o caja para protegerlas del polvo y la humedad. Antes de volver a utilizarlas, una limpieza con un pincel o un aerosol de aire comprimido para espacios reducidos ayuda a eliminar la suciedad acumulada y evitar interferencias en los circuitos eléctricos. Además, es fundamental revisar tanto la ficha de conexión como el enchufe de la pared para asegurar de que no presenten signos de desgaste, sobrecalentamiento o mal contacto. El uso de adaptadores puede ser riesgoso, ya que pueden generar temperaturas excesivas y afectar el rendimiento del aparato. Por último, la ubicación también es clave: la estufa debe colocarse en una superficie firme, lejos de materiales inflamables y fuera del alcance de niños y mascotas.
Para aprender más sobre este tema los interesados pueden inscribirse en este curso y además la institución ofrece distintas opciones de formación para que los interesados puedan desarrollar nuevas habilidades.
Estufa eléctrica: recomendaciones
- Guardarla en una bolsa o caja tras el invierno.
- Limpiarla antes de usar con un pincel o aerosol de aire comprimido.
- Revisar el enchufe y la ficha de conexión para evitar sobrecalentamientos.
- Evitar el uso de adaptadores.
- Ubicarla en una superficie estable y lejos del alcance de niños y mascotas