Símbolos de la Ciudad
El actual escudo oficial de nuestra Ciudad (fig. c) es una versión actualizada y moderna, adaptada a los nuevos tiempos, del escudo oficial (fig. b) que remonta sus orígenes al siglo XVII.
El actual escudo oficial de nuestra Ciudad (fig. c) es una versión actualizada y moderna, adaptada a los nuevos tiempos, del escudo oficial (fig. b) que remonta sus orígenes al siglo XVII. En ese entonces la Ciudad se declara carente de escudo propio y en 1649 se propone un modelo de escudo de armas (fig. a), en el que aparece una paloma radiante, volando de frente, con la cabeza vuelta hacia la izquierda, tal como se reproduce a continuación, con un mar agitado por debajo y un ancla que muestra una uña fuera del agua, aludiendo puerto.
El escudo primigenio oficial (fig. a) fue aprobado por el Cabildo el 5 de noviembre de 1649, durante el gobierno de Jacinto de Lariz, y es considerado por la heráldica como muy figurativo por contar con pocas estilizaciones y ser bastante realista en lo que en éste se representa. Con el paso del tiempo se producen sucesivas modificaciones del escudo y se llega a 1852 cuando se reorganiza el gobierno municipal de Buenos Aires y se le encarga a una Comisión de Educación el proyecto de un sello para el Municipio (fig. 4). Dicha Comisión propuso reutilizar el usado anteriormente y en 1856 se dictó la Ordenanza correspondiente. De todas maneras, muchos de los documentos oficiales de la Municipalidad siguieron utilizando diferentes variaciones del escudo.
Para terminar con el uso sin criterio definido, finalmente el 3 de diciembre de 1923 una Ordenanza del Concejo Deliberante estableció en forma definitiva las características del escudo (fig. 7). El mismo presentaba una elipse de proporción 5/6 entre su eje mayor y menor y lleva una paloma blanca, con sus alas abiertas, radiante de rayos solares, en jefe que significa el espíritu santo bajo cuya advocación fue colocada la ciudad. En el sector inferior del escudo aparecía un ancla de sable medio sumergida, con la parte de la caña y una uña fuera de la superficie, que representaba a la ciudad puerto. Un poco más debajo de la línea del eje menor del óvalo, había dos naves, una carabela y un bergantín del siglo XVI, ambos con banderas españolas y vistos por el costado de babor. De acuerdo a algunos estudios, el primero significa la primera fundación por Don Pedro de Mendoza y el segundo la fundación de Juan de Garay. Las aguas del río en estado de suave oleaje o rizadas representaban las aguas del Río de la Plata.
La citada Ordenanza establece en su primer artículo que el escudo de la ciudad que se coloque en los frentes de los edificios o en los documentos, sellos o papeles que se usen en las oficinas municipales deberá estar pintado, grabado o impreso. El posterior Decreto N° 1.886/44 determina en su artículo primero que el uso del Escudo Municipal debe ajustarse estrictamente a los términos y dibujo del mismo, previsto por la Ordenanza del 3 de diciembre de 1923.