Miércoles 07 de Agosto de 2024

Dar el “sí” después de los 65: reafirmar el vínculo y apostar al amor

Las uniones civiles entre personas mayores en el ámbito porteño se incrementaron casi un 300%. Según un informe del Registro Civil, en 2016 sólo 126 parejas solicitaron realizar el trámite mientras que 364 lo hicieron en 2023. Al igual que en otras franjas etarias, otorgar un marco legal a las relaciones de pareja supone ciertos beneficios para los contrayentes.

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Las uniones civiles entre personas mayores en la Ciudad han aumentado de forma exponencial a lo largo de los años. Estos enlaces, al igual que los matrimonios, demuestran que nunca es tarde para dar el “sí” y apostar al amor. Según los datos aportados por el Registro Civil porteño, el número de uniones civiles se triplicó en los últimos siete años entre personas mayores de 65 años.

Dentro de una tendencia anual que ha ido en aumento, salvo durante los años que rodearon a la pandemia, cada vez más personas mayores de 65 años han optado por formalizar sus relaciones. De 2016 a 2023, las uniones civiles a partir de esa edad se incrementaron de 124 a 364. Este tipo de ceremonias incluso se realizan en edades más avanzadas, por ejemplo en los últimos 8 años se unieron más de 150 parejas que superan los 85 años.

“Las parejas que desean unirse en matrimonio o a través de una unión civil pueden solicitar turno desde la web de manera sencilla y rápida;  descentralizamos la celebración de matrimonios en 14 sedes, mientras que las uniones civiles ya se pueden realizar en 9 sedes”, destacó César Torres, secretario de Gobierno y Vínculo Ciudadano. 

"Las parejas que desean unirse en matrimonio o a través de una unión civil pueden solicitar turno desde la web de manera sencilla y rápida;  descentralizamos la celebración de matrimonios en 14 sedes, mientras que las uniones civiles ya se pueden realizar en 9 sedes" (César Torres, secretario de Gobierno y Vínculo Ciudadano)

Formalizar una relación de pareja en esta etapa de la vida ofrece beneficios para los contrayentes. En el caso de la unión civil, sirve para registrar el vínculo de dos personas que conviven con fines probatorios y les otorga, en un tratamiento similar al de los cónyuges, el derecho de incorporar a la pareja en la obra social, recibir una pensión, solicitar créditos bancarios de manera conjunta u obtener licencias en caso de enfermedad del concubino.

Personal de la Dirección General del Registro Civil de la Ciudad encargado de oficiar estos enlaces en las sedes comunales da cuenta de que las uniones a edades avanzadas muestran un cambio en la percepción del matrimonio y las relaciones en esta etapa de la vida. Para muchos, la decisión de casarse en la tercera edad reafirma el vínculo y representa una apuesta al amor y la compañía, desafiando la idea instalada en otros tiempos en relación a la concepción de las relaciones y el matrimonio. 

registro civil

Alberto, de 77 años, y Liliana, de 73 años, son un ejemplo de cómo el amor puede perdurar a lo largo de las décadas. Fueron novios en su juventud, se reencontraron a los 40 y, 30 años de convivencia después, decidieron ahora finalmente casarse. “¿Por qué no?”, responde ella con una sonrisa mientras ambos esperan, junto a los testigos, el ingreso a la sala de la sede comunal 13 donde se oficializará su casamiento. 

“Quedan unidos en matrimonio”, expresó el oficial público Iván Sznajdleder al finalizar el acto y luego de que la contrayente compartiera: “Nos conocemos del barrio desde chicos, vivíamos en Bernal. Después la vida nos llevó a cada uno por un lugar diferente, pero nos encontramos de grandes a finales de los años 80 y decidimos vivir juntos”. Vecina de Belgrano, Liliana explica que, si bien no sentían la necesidad de casarse, finalmente decidieron hacerlo. “Nunca necesitamos papeles porque el amor era más fuerte, pero ahora dimos el paso. Hicimos el trámite por la web, nos dieron el turno y fue muy fácil todo y muy buena la atención. Está todo muy bien organizado”, destacó.

Con casi dos décadas de oficio, el juez de paz de la Comuna 13 cuenta: “Tenemos muchas historias como la de Liliana y Alberto, que fueron novios de adolescentes, después cada uno hizo su historia, se volvieron a encontrar y se los ve muy felices”.

Muchos de los recién casados en esta etapa de la vida relatan historias de amor y compañerismo que desafían los estereotipos. La jueza Amalia Suárez, oficial de la sede central del Registro Civil, destaca la importancia de “dar el marco legal a dos personas que ya son adultos mayores y que, entre otras cosas, quieren dejar ordenada su vida”.

La titular comparte que, en varias ocasiones, las ceremonias que oficia suelen ser muy concurridas y emotivas, “algunas dignas de una novela”. Lo importante, resalta, “es, si dos personas mayores han decidido casarse, tener la suficiente capacidad para dar el consentimiento, eso es lo más relevante en una ceremonia civil, ya que hay un cambio de estado, pero está claro que para el amor no existe edad”, menciona.

“Lili, de 67 años, y Carlos, de 68, fueron novios desde muy jóvenes y luego cada uno hizo su vida, se casaron y luego se divorciaron ambos. Las familias siguieron en contacto y un día la madre de ella llama a la hermana de él para ver cómo estaba y ésta le cuenta que su hermano siempre siguió recordando a Lili”, relata la jueza sobre esta otra “historia de cuento” que concluyó con un “sí, quiero” en el Registro Civil. “Lili lo llama y habla con él, que la cita en un café y le pide que vaya con su madre para que sea testigo de lo que quería decirle, que nunca la había olvidado, el amor estaba latente. De esta forma, una historia nacida en la juventud se retoma con una unión que es celebrada por los propios hijos de ambos, que siempre fueron conocedores de los sentimientos de sus padres. Cuando hay amor, no importa la edad”, resalta Amalia.

Walter, de 80 años, y Li, de 78, ambos profesores de idiomas, también contrajeron matrimonio en la sede central del Registro Civil. Los protagonistas de la historia se conocieron de jóvenes en Alemania, un día de mucho frío. Animada por sus padres, que vivían en Vietnam cuando este país estaba en guerra en los 70, Li decide viajar con su novio a Argentina, donde la pareja se casa, luego se divorcia y finalmente vuelve a casarse, ahora ya con ambos en el umbral de los 80.

Otros matrimonios de personas de edad avanzada en la Ciudad responden a personas que han convivido y que finalmente optaron por reafirmar el vínculo otorgándole un marco jurídico y acceder a nuevos derechos. 

Más allá de las opciones elegidas, lo cierto es que la registración de los vínculos entre los porteños de todas las edades ha crecido año a año. Según los datos provistos por el Registro Civil de la Ciudad, durante 2016 el total de uniones registradas por ambos conceptos fue de 13.918, mientras que en 2023 este número se incrementó a 16.051. Es decir, la Ciudad registró un aumento de un 15.32%.

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