El caqui pertenece a la familia de las Ebenaceae, que incluye especies de madera apreciada en carpintería, en la fabricación de muebles, piezas deportivas, entre otros fines.
Diospyros es una palabra derivada del griego: Dios = divino y pyros = fruto; en la antigüedad, el caqui era considerado como comida de dioses; kaki proviene del nombre japonés del fruto, país donde se cultiva abundantemente. Se caracteriza no sólo por sus frutos comestibles, sino también por sus excelentes características ornamentales.
Es un árbol caduco, de tronco corto y corteza algo fisurada; copa extendida, frondosa, normalmente alcanza entre 6 y 8 m de altura en madurez. Los tallos jóvenes son tomentosos; hojas alternas, simples, grandes, de forma elíptica-ovada, con el haz de color verde intenso y envés más claro y pubescente. En el otoño toman un color rojizo anaranjado que los vuelve punto focal en el paisaje. En verano sus frutos globosos, de color anaranjado en la madurez, de hasta 7 cm de diámetro y que recuerda a un tomate, cubren la copa y son apetecidos por las aves. Existen diversas variedades comerciales en función de la astringencia, determinada por su contenido en taninos, responsables de la sensación áspera al paladar. Requiere climas templado- cálidos para su desarrollo.
El origen del caqui es muy impreciso, aunque la mayoría de los autores acepta que procede de China, donde su cultivo comenzó algunos siglos antes de Cristo. Más tarde, en el siglo VII fue introducido en Japón y en el siglo XIV en Corea. No hay datos de su cultivo en Europa hasta el siglo XVII, produciéndose su expansión por todo el mundo en el siglo XVIII. La emigración de poblaciones chinas y japonesas a América del Norte y América del Sur ha permitido la introducción del caqui en el continente americano.
El caqui es uno de los árboles sobrevivientes al bombardeo de Hiroshima: en medio de la desoladora destrucción causada por el arma nuclear, luego de la explosión se comprobó que algunos ejemplares esta especie volvían a brotar. De aquellos ejemplares, hoy se distribuyen por el mundo sus “semillas de paz” para homenajear a estos “Hibakujumoku” (árbol sobreviviente).
En el jardín existen varios ejemplares de caqui que muestran su follaje encendido durante estos meses de otoño.