Nos proponemos reflexionar acerca de las diversas prácticas que son productoras de cultura tanto las que se generan en el jardín maternal como las que portan los niños y sus familias.
El repertorio de experiencias que ofrece el jardín maternal, debiera ser lo más rico y diverso posible para que los niños tengan posibilidades de desarrollar sus capacidades creativas, corporales, lúdicas, dándole de esta manera oportunidad de poner en acción sus potencialidades.
Al mismo tiempo, para desarrollarse como seres humanos necesitan la presencia y continuidad de un adulto que cuida, valora y ayuda en un ámbito de ternura y empatia donde se reconoce a cada uno en su singularidad.. Por eso reflexionar sobre el cuidado y la ternura en las instituciones maternales es parte imprescindible del trabajo, no sólo para tener en cuenta las necesidades particulares de cada uno de los niños sino también las de los adultos.
De ahí que sea necesario en el marco de cada proyecto institucional pensar la tarea en el jardín maternal Junto con otros: directivos, docentes, auxiliares. Pensar estos espacios donde la palabra circule entre adultos , será sin duda generador de salud institucional.
Experiencias, conocimiento, cuidado y ternura se conjugan con la organización del espacio y del tiempo, categorías que son habitadas por los niños; es ahí donde se producen las interacciones entre los niños , entre los niños y los maestros y con los objetos. Ver programa