Bariloche y su Centro Educativo para la Industria de la Construcción

Con el foco puesto en la formación de personas para lograr salidas laborales concretas, el Municipio cordillerano abrió camino en la creación de espacios educativos gratuitos para jóvenes y adultos. Con el CIFIC (Centro Integral de Formación para la Industria de la Construcción), impulsado desde hace 3 años junto a la Fundación UOCRA y el Ministerio de
Educación provincial, más de 250 personas ya egresaron con certificaciones oficiales.

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Ficha técnica

Localidad: Bariloche
Provincia: Río Negro
Nivel educativo: Jóvenes y adultos
Establecimiento educativo: CIFIC UOCRA - Centro Integral de Formación para la Industria de la Construcción
Nombre de la/s docente/s que encabeza/n el trabajo: Leonardo Riavec (Director CIFIC UOCRA) y Teresita Leonfanti (Municipalidad de S.C de Bariloche)
Nombre de los/las alumnos/as que participaron en el trabajo: Gloria Morales y Katherine Peña

Video de la localidad

Video del trabajo

Descripción

En la actualidad hay un desafío común que comparten muchas localidades de la Patagonia norte: la necesidad de diversificar sus matrices productivas implica sí o sí la necesidad de formar a más personas en más oficios y tareas. Y la industria de la construcción es complementaria a muchas de las ramas productivas actualmente en desarrollo. La formación educativa técnica y profesional se convierte en una de las herramientas más concretas para garantizar una salida laboral a miles de personas que acceden así a una formalidad laboral que difícilmente hubieran tenido antes.
En la búsqueda de respuestas específicas a situaciones críticas vinculadas a la formación y orientación laboral de los sectores sociales y productivos más vulnerables, el Municipio de Bariloche -al frente desde 2015 del intendente Gustavo Gennuso (JSRN)- hizo escuela. Lo hizo literalmente: la creación de espacios educativos, sobre todo orientados a los jóvenes y adultos, se convirtió en una de las prioridades de sus políticas públicas, con el fin de mejorar la empleabilidad y favorecer la inserción laboral en el mundo productivo.
Uno de esos espacios, quizás el más representativo, es el CIFIC: el Centro Integral de Formación para la Industria de la Construcción es el resultado de la articulación entre la Municipalidad de Bariloche, la Fundación UOCRA y el Ministerio de Educación y Derechos Humanos de la provincia de Río Negro, que hoy ya cuenta con 265 estudiantes egresados y 110 alumnos cursando (entre participantes del ciclo 2021 y las prácticas del 2020 para obtener su certificación).
El CIFIC nació en junio de 2018, en pos de refuncionalizar los galpones que utilizaban para producir las cooperativas que en ese momento formaban parte del Programa Argentina Trabaja. El Municipio, a través de un convenio para el uso del espacio, lo transformó en un centro formativo de oficios del sector de la construcción y mutó los galpones a Aulas Talleres. Junto a Fundación UOCRA y su red de Instituciones de Formación Profesional (con la necesidad de su sindicato local de profesionalizar a sus trabajadores) y al Ministerio de Educación provincial, dieron vida a este centro educativo, concebido como un multiespacio formativo donde confluyen varios proyectos de Educación Técnico Profesional. En estos más de 3 años de trayectoria, el CIFIC ha dictado formaciones cuatrimestrales y anuales y profesionalizado trabajadores en los oficios de: Carpintero - Armador de Estructuras de Hormigón Armado, Constructor de Casas de Madera, Armador y Colocador de Paneles y Cielorrasos de Roca de Yeso, Montador Electricista Domiciliario, Herrero de Obra, Gasista de 2º Categoría y cursos sectoriales junto al Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, como el recientemente finalizado de Sustentabilizador/a de Hogares. Articular los mundos de la educación y el trabajo Un mundo laboral que cambia constantemente implica necesariamente adaptar la formación a las necesidades de la coyuntura. Se busca que la formación profesional acompañe la diversificación de la matriz productiva, a la vez que acompañe los cambios del contexto, muchas veces producto de avances tecnológicos o de variables económicas. Cada curso, módulo y trayecto formativo busca la inserción directa de los egresados en el mundo laboral, la reinserción al trabajo de las personas que están desocupadas y también la actualización y el perfeccionamiento de quienes ya están en la actividad.
La metodología de trabajo es netamente práctica, y los estudiantes son en su totalidad mayores de 18 años. Un 30% son trabajadores y trabajadoras que actualmente se desempeñan en la industria de la construcción y requieren la certificación o actualización de sus saberes previos para mejorar su condición laboral, mientras que al resto de las y los estudiantes los motiva capacitarse en algunos de los roles profesionales que conforman su oferta formativa. Los objetivos personales van desde ampliar o refaccionar su casa con sus propias manos hasta iniciarse como cuentapropistas o buscar empleo en alguna empresa del sector.
Hay decisiones estratégicas que facilitan que personas adultas, muchos de ellos con familias y trabajos que atender, puedan acceder a estas oportunidades de formación. Así, el CIFIC establece horarios de cursada y prácticas acordes a sus necesidades. En el marco de la pandemia, luego de un obligado período de suspensión de clases, en la actualidad funcionan por burbujas y aforos limitados, desde las 16 hasta las 21.30 hs.
La estructura modular y flexible de los talleres, con cursadas cuatrimestrales y anuales, organizadas en Familias Formativas por Oficios, también aporta esa versatilidad que necesitan las y los alumnos. A eso se suma la optimización permanente en el uso de la infraestructura, y la gestión eficiente de recursos económicos, físicos y humanos, para potenciar las prácticas.
El resultado, que es un ejemplo a seguir a nivel regional, es el fortalecimiento de la relación de las y los estudiantes con las economías locales y regionales, orientándolos y acompañándolos permanentemente en su orientación y desarrollo profesional continuo.
Tanto el sujeto de enseñanza como el sujeto de aprendizaje son personas adultas y trabajadoras, vinculadas no sólo por el entorno formativo sino también por deseos compartidos en relación con la permanencia y terminalidad de estudios, se trata de apelar a la construcción social de aprendizajes basados en el desarrollo de capacidades, en forma colectiva. En este posicionamiento se ubica a los estudiantes en un lugar protagónico, posibilitando el pensar, el decir, hacer y sentir de otro modo al situarse en un lugar de apertura, concibiéndolos como sujetos portadores y creadores de saberes socialmente productivos, que les permitan convertirse en lectores de la realidad social para problematizarla, cuestionarla e iniciar un proceso de búsqueda y reflexión para reconfigurarla y resignificarla.