Julio 2018
Columnas de opinión del Procurador General
Una sugerencia fruto de un recuerdo agradecido
Hace pocos días falleció Teodosio Cesar Brea, quien hace algo más de sesenta años fundara junto a Juan Martín Allende el prestigioso estudio jurídico Allende & Brea. Están frescos aun en mi memoria los hechos ocurridos en 1985 cuando cursando las últimas materias de mis estudios de Derecho tuve la chance de tener una entrevista personal con el Dr. Brea en su propio escritorio.
Pocos meses antes de dicho encuentro había regresado de los Estados Unidos tras una visita como becario de la Fundación Universitaria del Río de la Plata. Como resultado de dicha estadía publiqué un artículo sobre mis impresiones del viaje que suscitó el interés de mi entrevistador y resultó definitorio para abrir la puerta de mi ingreso a mencionado estudio, que era en esa época el de mayor cantidad de abogados del país.
Mis primeras tareas fueron en el área de la gestoría jurídica realizando la procuración de expedientes en tribunales y al poco tiempo comencé a colaborar con un equipo de abogados en los temas más específicos que ellos tenían a cargo. A los pocos meses finalicé mis estudios en la Facultad de Derecho de la UBA –tres años antes había concluido también mi licenciatura en Ciencias Políticas en la UCA- y me mantuve trabajando en el equipo que dirigía el Dr. Rafael La Porta Drago en el área financiera y bancaria. Como era norma en la firma en aquellos años, un tercio de mi carga horaria la dedicaba a llevar una cartera judicial que se entendía indispensable para el entrenamiento y la mejor formación de un abogado.
Recuerdo vivamente y con enorme cariño y agradecimiento esos primeros seis años de mi vida profesional en dicho estudio porque fue allí propiamente que creo haber recibido enseñanzas y adquirido experiencias que siento fueron decisivas en mi formación profesional como abogado.
Es sabido que el título universitario acredita poseer conocimientos sobre el Derecho, pero la Abogacía es un hacer, que se encuentra regido por normas éticas y exige además el dominio de las reglas del arte. Por todo ello, la práctica profesional resulta clave para el aprendizaje y el perfeccionamiento de la actuación abogadil.
De este modo puedo decir en mi caso que debo mi formación como abogado a la Universidad de Buenos Aires en el ámbito académico y al estudio Allende & Brea en esos primeros y decisivos años de práctica profesional.
Esta experiencia vital me ha llevado siempre a recomendar a los estudiantes avanzados y jóvenes abogados que están iniciando su carrera profesional que conviene privilegiar aquellos trabajos que mejor puedan redundar en su formación profesional antes que en otros aspectos que puedan predicar sobre el presente bienestar.
Durante los siguientes años de mi vida profesional pude trabajar –y aun lo sigo haciendo- con muchos abogados que me enseñaron y siguen enseñando diariamente, pero siempre serán aquellas primeras lecciones prácticas las que dejaron una huella que siento de algún modo indeleble. Por esto quiero rendir mi agradecido homenaje al Dr. Teodosio César Brea y a tantos otros abogados que con su calidad profesional y enseñanzas marcaron el camino por el que he procurado transitar a lo largo de toda mi vida profesional.