Pensamos a la Educación Vial como la parte de la Formación Ética y Ciudadana que promueve la adquisición de conocimientos, habilidades, capacidades y valores que permitan a las niñas y niños desenvolverse de manera segura y respetuosa de sí mismos, de los otros y del ambiente, en el marco de la movilidad.
Partiendo de esta concepción, es necesario pensar cómo interactúa la escuela frente a otros agentes que influyen con sus mensajes (explícitos u ocultos) en la formación de las niñas y niños en este campo. El discurso de la escuela interactúa con los mensajes y contenidos que las familias y los medios de comunicación brindan cotidianamente, de manera naturalizada, constante y sin que sea posible resistirse a ellos. Esta interacción genera fricciones cuando los discursos y prácticas colisionan con los que la escuela pretende difundir, si los medios y las familias validan conductas peligrosas, violatorias de normas de cuidado de las personas y el ambiente.
En este espacio explicaremos por qué y cómo trabajar la educación vial con las familias. Asimismo, presentaremos una posible actividad cuyo objetivo principal es que las familias suscriban un compromiso con la escuela, para colaborar en la educación para la movilidad de sus hijos.