Orígenes del filete porteño
Su nacimiento se da en los carros tirados por caballos que transportaban alimentos a fines del siglo XIX.
El fileteado nace en la Ciudad de Buenos Aires hacia fines del siglo XIX, en un contexto de transformación del país y de gran inmigración Europea. Estos inmigrantes traen consigo diversos elementos artísticos que se fueron combinando con los del acervo criollo, creando así un estilo típicamente argentino.
El filete surge como un ornamento para embellecer carros de tracción animal que transportaban alimentos, pasando después a la decoración de colectivos. Entre ellos era muy frecuente encontrar frases que elegían los dueños del vehículo, algunas de su creación y otras tomadas del refranero popular sobre el trabajo, el esfuerzo, la vida y el destino, muchas veces en un formato humorístico.
Al igual que en el tango, en el fileteado porteño no existe acuerdo en cuanto a su historia y a sus orígenes, como tampoco hay un primer artista iniciador. Precisamente por ser un arte popular, el fileteado tuvo poca documentación y lo que hoy en día conocemos es a través de testimonios orales.