Disposición final de los residuos sólidos urbanos: Relleno Sanitario

Cómo es el tratamiento que reciben los residuos para evitar que contaminen el ambiente.

Compartir en redes

Algunos de los residuos que generamos no tienen en la actualidad alternativas viables de valorización. Ya sea por sus propias características, o porque no hay en el país industrias con tecnologías que los puedan aprovechar, estos desechos que comúnmente se identifican como “basura” deben llevarse a disposición final.

Mirá la técnica de Relleno Sanitario


Tecnologías para la disposición final de Residuos Sólidos Urbanos: El método de Relleno Sanitario

Un relleno sanitario es una obra de ingeniería diseñada especialmente para disponer residuos de manera segura para el ambiente y la salud de las personas, preservando los recursos suelo, agua y aire. Como toda obra requiere llevar a cabo varios pasos que comienzan con la planificación y diseño del proyecto. Es muy importante en esta etapa cumplir con las normas y la legislación vigente para su construcción. Además, previo a la instalación de un relleno sanitario, hay que estudiar las características naturales del lugar como tipo de suelo, pendientes, vientos, lluvias, napas de agua, etc. y analizar otros aspectos del espacio como localización, accesibilidad, servicios disponibles, distancia a centros urbanos.

Durante la etapa de construcción se prepara el terreno para aislar totalmente los residuos. Las paredes y la base de cada módulo de relleno sanitario se impermeabilizan colocando tres capas de materiales:

  1. Se utiliza una arcilla denominada Bentonita, cuyas características fisico químicas como el poder de absorción y la expansión en contacto con líquidos, le aportan impermeabilidad al terreno. Esta puede colocarse tanto mezclada con suelo, como en una capa encapsulada entre dos textiles.

  2. Membrana de polietileno de alta densidad de 2milímetros de espesor. Este material es impermeable, soporta tanto altas como bajas temperaturas, es estable químicamente y posee alta resistencia a la tensión (compresión, tracción).

  3. Suelo vegetal para cubrir y proteger la membrana de polietileno.

De esta manera, se garantiza la aislación total de los residuos para evitar el contacto de los desechos con el suelo, impidiendo que se filtre el líquido que genera la descomposición de la parte orgánica de los residuos hacia las napas de agua subterránea. También se realiza el tendido de cañerías para canalizar, extraer y conducir estos líquidos hacia las plantas de tratamiento.

Una vez construido un módulo de relleno sanitario comienza la operatoria. Cada módulo se va completando por compartimentos menores denominados celdas.

Los camiones estacionan en el frente de descarga y vuelcan su contenido. Allí maquinaria pesada distribuye y compacta los residuos. Este paso es fundamental para ahorrar espacio y lograr la estabilidad del relleno. Se alcanza una compactación aproximada de una tonelada por metro cúbico (1t/m3). Los residuos de un día se colocan sobre los del anterior y así sucesivamente. Cuando el diseño de la obra lo requiere, se cubre la celda con una capa de tierra, o material bioestabilizado.

Al alcanzar el volumen total de residuos para el que se diseñó cada módulo, comienza la etapa de cierre que consiste en la colocación de cañerías para la extracción del biogás y la cobertura final con suelo vegetal. La siguiente etapa es la de post cierre. Implica el mantenimiento de la cobertura vegetal que va surgiendo sobre el relleno y la continuidad de los trabajos de extracción de gases y líquidos.


Controles ambientales

En todas las etapas mencionadas, incluso antes de la instalación de los rellenos, se garantiza la calidad ambiental de los procesos. Por ello, se toman muestras de suelo, aguas superficiales y subterráneas, calidad del aire, flora y fauna para el análisis de distintos parámetros que se analizan en laboratorios habilitados.

Estos procesos son realizados por organismos como Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), el Instituto Nacional del Agua (INA) y varias Universidades Nacionales. Los resultados obtenidos se envían a los organismos de control respectivos, como el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) y la Autoridad del Agua de la Provincia de Buenos Aires.