Noviembre 2018

Columnas de opinión del Procurador General

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Más cercanía, más horizontalidad, más integración

Por tercer año consecutivo tuvimos recientemente una reunión general abierta a todos los integrantes de la Procuración General para presentar la marcha del Plan de Gestión que llevamos adelante así como también para conversar sobre aquellos temas más salientes que hacen a nuestra diaria tarea.

En dicho encuentro repasamos algunos conceptos básicos de nuestra organización que sirven de sustento y nutren los objetivos de gestión que tenemos trazados. Así nuestra misión que no es otra que la que establece el artículo 134 de la Constitución de la CABA: “Dictaminar sobre la legalidad de los actos administrativos de la Ciudad, ejercer la defensa de su patrimonio y su patrocinio letrado. Representar a la Ciudad en todo proceso en que se controviertan sus derechos o intereses“.

También la visión que tenemos acerca nuestro rol constitucional que es constituir a la Procuración General en un órgano de excelencia que procure aumentar su eficacia y mejorar su eficiencia en el cumplimiento de sus tareas propias, mediante el establecimiento de objetivos concretos y mensurables. Apuntamos a una organización que sea modelo en el ámbito de la Abogacía Pública. También repasamos los valores básicos que compartimos, como son el compromiso, la profesionalidad, la integridad, el trabajo en equipo y la cordialidad. Más allá además de los ocho objetivos ministeriales que tenemos definidos y de las decenas de proyectos que procuran el cumplimiento de esas metas, quisiera compartir en estas líneas tres definiciones conceptuales que indican el sentido que anima nuestras decisiones.

La cercanía tiene que ver con el modo de relacionarnos con quienes dentro del Gobierno de la Ciudad nos consultan y demandan nuestros servicios, y que constituyen en alguna medida nuestros “clientes”. Sin perjuicio de la independencia funcional y técnica que es esencial en nuestra tarea, es nuestra obligación generar vínculos de comunicación que nos permitan entender las problemáticas de la gestión para de esa manera brindar las mejores soluciones. Las otras dos definiciones tienen que ver con nuestra organización interna. La horizontalidad implica que más allá de los roles y las jerarquías que supone toda estructura orgánico funcional, la Procuración General constituye esencialmente una burocracia profesional, integrada por abogados que deben ser considerados como pares, y que por ello pueden tener frente a las cuestiones jurídicas distintos criterios u opiniones que deben intercambiarse con total libertad y fluidez.

Finalmente la integración implica que pese a las distintas especialidades y áreas que componen la Casa, debemos asegurar coherencia jurídica en cuanto a la interpretación de las normas y principios generales, así como también que las buenas prácticas y pautas de trabajo deben ser comunes a todas las áreas dejando a salvo las particularidades propias de cada una. Una mayor cercanía que evite una excesiva insularidad. Más horizontalidad en el diálogo interno que nos aleje de la pura verticalidad. Aumentar la integración para constituir una unidad y no una suma de compartimentos estancos. Estas son las direcciones que orientan nuestra gestión y modalidad de trabajo profesional.