La Peste

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Mapa de la Ciudad de Buenos Aires del siglo XIX. En 1880 sólo una cuarta parte de la población tenía provisión de agua potable.

Extensión de la red de agua y cloacas

En el siglo XVIII la población porteña utilizaba pozos ciegos para los desagües cloacales y extraía agua de los pozos o aljibes para beber.
La sucesiva ocurrencia de pestes dio un fuerte impulso a las obras de salubridad y agua potable. En 1871, la Comisión de Aguas Corrientes, Cloacas y Adoquinado planificó la construcción de las obras de agua corriente, cloacas y desagües pluviales, que comenzaron en 1874.