El coming-of-age es un género para adultos.
Ensayo elaborado por Fede Ambrosetti.
En el cine hay géneros que, a menudo, se consideran menores, y a los que se denigra señalándolos como superficiales y limitados. Entre ellos, está el coming-of-age. Fácilmente encasillado como un género para púberes y adolescentes, se lo acusa de excesivamente romántico y optimista. Intentaré en los párrafos siguientes demostrar con cuatro ejemplos que la temática es mucho más profunda de lo que se piensa, y que su público puede ser, también, más amplio, pudiendo llegar a interpelar, incluso, a adultos mayores.
El coming-of-age es un género cinematográfico que se centra en el crecimiento personal del protagonista, generalmente un adolescente. La evolución de las emociones y de la percepción de la realidad son características fundamentales de este género, y mutan desde un enfoque seudo-infantil a uno más maduro. Lo más significativo es la transformación del personaje, y las acciones se desarrollan alrededor de esta premisa, pasando estas últimas a un segundo plano en su mayoría. Si bien el entorno, tanto físico como de relaciones personales, jugará un rol determinante en el desarrollo de la historia, es aún más trascendental lo que desencadena en el protagonista. Por eso, es muy habitual que la historia empiece y termine en el mismo lugar físico, pero con el personaje transformado. Siempre existe en paralelo para el personaje una motivación o una persona, que es la que lo lleva a emprender este viaje emocional, y oficiará de metáfora, generalmente, para su inocencia o la vida. Pueden tener cierta profundidad filosófica o ser meramente triviales, y dependerá del tono que se le dé a la obra.
Existen sobrados ejemplos de este género en la historia del cine. Los hay de tono solemne y dramático, como ET el extraterrestre de Steven Spielberg (E.T. the Extra-Terrestrial, 1982), que abraza un matiz melancólico y conmovedor en toda su extensión. También los hay cómicos y de terror, como ¡Cuidado! Hércules vigila de David Mickey Evans (The Sandlot, 1993), que oscila entre ambos géneros para narrar su historia. Aquí me centraré en cuatro filmes que, por alguna u otra razón, me han llevado a cuestionarme mi propia visión de la vida, y a transformar mi realidad.
El coming-of-age es un género cinematográfico que se centra en el crecimiento personal del protagonista.
El primer ejemplo en el que me voy a centrar es una comedia titulada Mala Racha de Jake Kasdan (Orange County, 2002). En ella, Shaun, el personaje principal, es un adolescente que lleva una vida despreocupada en California. La trágica muerte de su mejor amigo le hace replantear sus objetivos y querer convertirse en escritor. Para esto, ha decidido que debe inscribirse en la Universidad de Stanford, donde podrá asistir a clases impartidas por su escritor favorito. Las cosas no salen como las planeó y asistir a esta Universidad se torna prácticamente imposible, lo que motiva a Shaun a hacer cualquier cosa a su alcance para ser admitido, sin tener en cuenta las consecuencias en su entorno. Ingresar a Stanford, a esta altura su obsesión, es una metáfora de la persona en la que se quiere convertirI, un escritor tan grande como James Joyce y William Faulkner. Un capricho. En este camino que emprende, descubre que la Universidad no es exactamente lo que él espera y debe empezar a ver las cosas con otros ojos y desde otra perspectiva. **Así es como revaloriza su situación actual: su familia, su entorno y su lugar de origen pasan a tener otra relevancia **. La película termina donde empezó, en la playa, con un Shaun con una actitud más relajada y adulta hacia la vida.
La segunda película que voy a abordar es Día de Pinta de John Hughes (Ferris Bueller’s Day Off, 1986). Es también una comedia, con la particularidad de que quién se transforma no es el personaje principal, Ferris, sino su mejor amigo Cameron. Ferris tiene todo bastante claro, quiere tomarse el día libre y disfrutarlo, pero Cameron solo busca excusas para quedarse en su cama. Ferris oficia de metáfora para la vida, a la que Cameron intenta huirle. Finalmente acepta y se sube a esta montaña rusa de emociones y aventuras, y las disfruta. Claro que, como en toda comedia, esto genera consecuencias que deberá enfrentar, ya que robaron el auto de su padre, un objeto de colección, y terminan destruyéndolo. Estas consecuencias las encara ya no como un adolescente asustado, sino como un semi adulto responsable, con ganas de vivir esa vida que antes esquivaba. **En este film, el personaje no tiene una motivación definida más que vivir la vida, que lo viene a buscar para ser disfrutada **. Cameron termina en su casa, donde empezó, pero como una persona distinta, más madura e independiente.
La siguiente película es Casi Famosos de Cameron Crowe (Almost Famous, 2000). William es el personaje principal, un adolescente que quiere convertirse en escritor para revistas especializadas de rock and roll. Accidentalmente, es contratado por la revista Rolling Stone para seguir la gira de una banda. Ésta última es una alegoría de la vida adulta, llena de contradicciones, ego y miedos, que no siempre tiene la respuesta que él busca, o a veces directamente no tiene palabras. William trata entonces de entender como es que funciona la banda, cuales son sus anhelos y motivaciones, y hacia donde va. Cerca del final, la banda lo decepciona justamente por verla como realmente es, marcando el fin de su inocencia. Como en los ejemplos anteriores, el protagonista finaliza en el mismo lugar donde comenzó, solo que ya no es el niño que partió, y la banda ya no es un objeto de adoración inalcanzable, sino que pasó a ser una entidad terrenal, comprensible y familiar. Dejó de ser un misterio encantador y atractivo para convertirse en algo cotidiano.
Siempre existe en paralelo para el personaje una motivación o una persona, que es la que lo lleva a emprender este viaje emocional, y oficiará de metáfora, generalmente, para su inocencia o la vida.
El último ejemplo es una película de terror titulada Verano del 84 de François Simard, Anouk Whissell y Yoan-Karl Whissell (Summer of ’84, 2018). Durante el verano de 1984, Davey, un adolescente que vive en un suburbio de Estado Unidos, toma como hobby descubrir a un asesino en serie local. Con este objetivo recluta a sus amigos del barrio, quienes aceptan para ocupar el tiempo más que por interés. Lo que empezó como un juego se va convirtiendo en un asunto tan serio que termina con consecuencias irreparables en todos los personajes. Entre los personajes secundarios, se destaca Nikki, la ex niñera de Davey, de quién está enamorado. Ella es una metáfora de su inocencia, permanentemente intentando disuadirlo de su cometido. Para cuando el verano termina, también lo hace su niñez, Nikki deja la ciudad para ir a la universidad, y todo el entorno de Davey fue transformado para siempre. Davey es quién se quedó, pero ya no es la misma persona que comenzó, ahora está obligado a ver las cosas de otra forma.
Todas estas citas repiten más o menos la misma fórmula, en la que el personaje en cuestión tiene una personalidad aniñada, atraviesa una experiencia transformadora, y se convierte en adulto, con una actitud más madura. A la vez, alguno de los personajes de su entorno, o una motivación, hace las veces de metáfora para la vida o su inocencia, que, inevitablemente, muta con el personaje principal. Aunque el entorno y los objetivos varían, no lo puede hacer la edad del protagonista que siempre es un adolescente para que el espectador pueda relacionarse fácilmente y verse reflejado. También puede variar el tono de la película, ser una comedia, un drama, o abrazar el horror, pero el público no se ve limitado a los adolescentes exclusivamente. A menudo se le da un tratamiento profundo al tema principal, interpelando a un público más amplio, y generando repercusiones y reflexiones más allá de la etapa en la se centra la obra. Así, la metáfora inicialmente intencionada hacia la inocencia y a vida adulta, puede tener otro significado para un joven adulto o un adulto maduro, cuestionando su propia realidad y su vida. El coming-of-age es un género también para adultos.
El coming-of-age es un género para adultos., por Fede Ambrosetti.