Luis, Liliana y el Bar Florida
Luis y Liliana son dueños del Bar Florida y en esta entrevista nos cuenta la historia y el presente de este tradicional café del barrio de Boedo.
Si querés empezar por contarnos un poco la historia del bar, cómo surge…
Luis: Esto antes era una pizzería, la vieja y antigua Pizzería La Flor, muy tradicional en Boedo. Mi padre viene con dos personas más, en el ’61 con la pizzería. Se cierra en el ’69 y se muda enfrente. La pizzería era La Flor, por eso acá en el ’71 se abre esto, el 11 de diciembre del ‘71, que es Florida, La Flor – Florida, como para la continuidad del nombre. Y bueno, desde ese día en pie, siempre como bar.
Y ¿cómo lo definiría, como café, como bar?
Luis: Como el café del barrio. El café de barrio, no del barrio, de barrio. Del barrio, no, porque hay muchos. Es un tradicional café de barrio.
Y cuál sería la diferencia?
Luis: Y, la gente te hace la diferencia. Esto, acá, es muy variado el público, de distintos extractos sociales, de distinta personalidad, de distinta relación laboral, paran de todo.
Liliana: Y es como que hay una amistad. Como que acá se entra y es como que…
Luis: Se conocen todos. 95% se conocen todos. Por eso, clásico café de barrio.
Liliana: Aparte, hay un respeto… Por ejemplo, uno es de river y otro es de boca. Se pueden cargar pero el respeto no se pierde nunca. Y con la política lo mismo. Hay un respeto del ambiente del bar.
Y en general qué tipo de personas vienen al bar? Hombres, mujeres, mayores, jóvenes? En grupo o solos?
Liliana: De todo, de todo. Vienen solos y después se ponen en grupo.
Se encuentran acá…
Liliana: Claro.
¿Y cuando están en el bar qué hacen?
Liliana: Charlan. Toman algo, charlan, y discuten con Luis (risas).
Luis: Yo le meto la chispa necesaria, porque si no es muy aburrido. Si todos pensamos igual es muy aburrido. Entonces si todos hablan bien de Messi, yo hablo mal de Messi. Después vienen, cuando estamos viendo un partido, y me gritan el gol de Messi acá, digo, para darte un ejemplo… Todos patean para un lado y yo… Si no, no se genera ese ida y vuelta. Pero todo siempre dentro de la educación, el respeto, pero… Aparte porque nos conocemos todos!! Cuando mi papá vino acá con la pizzería yo tenía 4 años. Hoy tengo 55.
¿Y es esa misma gente de entonces?
Luis: Todos! Hijos de esa gente, hasta ya nietos de esa gente! Tengo una anécdota, que el otro día pasa un chico por la puerta y me saluda… 27, 28 años, “hola, hola”. Yo lo miro, pero no lo conozco. Era el nieto de una señora que… está la joyería Bilevich (en la misma cuadra del bar), y era una joyería y una casa de ropa de mujer, de ropa íntima de mujer. Era el nieto de esa señora, que se había ido a vivir a los 4 años con los padres a Europa y volvió después de 23 años y vino y… después me enteré que era Leandro!! Leandro venía, se le escapaba a la abuela y venía a tomar licuados acá. Y claro, me reconoció él a mí, yo a él no. Se fue teniendo 4 años, ahora tenía 27… después me enteré quién era. Yo lo saludé, igual. Bueno, se da todo eso.
Hay un vínculo también con quien pasa por la calle.
Luis: El 80%. Son… vuelvo a repetir, ¡51 años!
¿Y después también gente de paso, o sólo habitués?
Luis: No…. Poca gente de paso. Nosotros trabajamos en un 95% con gente de todos los días. Yo en una época me fui de acá, con mi papá, qué se yo… a otro lugar donde tenía un 95% de gente de paso, pero no me habitué, no me habitué. En Perón y Uriburu. Y venía siempre gente muy importante, en ese momento funcionaba el Teatro Lasalle, había artistas, qué se yo, pero muy frío era todo. Nada que ver.
Para continuar leyendo la entrevista descargar el siguiente archivo.