Cuidados en el consumo de alcohol
Los efectos del consumo en exceso producen vómitos, imposibilidad de caminar, incontinencia y pueden llevar al coma alcohólico.
En la actualidad, el consumo de alcohol constituye una de las principales causas de carga de enfermedad a nivel nacional e internacional. El consumo de alcohol puede conducir a enfermedades cardiovasculares, cáncer, problemas en el embarazo, síndrome de muerte súbita del lactante, accidentes de tránsito y situaciones de violencia.
La identificación temprana del consumo problemático de alcohol da la oportunidad de realizar intervenciones breves y efectivas, y prevenir la evolución hacia complicaciones mayores.
1- En América Latina, Argentina encabeza el ranking del total de alcohol consumido en la región. En nuestro país se registran datos de consumo de 9,8 litros de alcohol puro por habitante y por año.
2- No es una problemática solo de adultos: en Argentina, el 77,1% de los adolescentes de 13 a 15 consumió alcohol por primera vez antes de los 14 años de edad.
3- Es el principal factor de riesgo de muerte y discapacidad para las personas jóvenes de entre 15 y 49 años.
4- La alcoholización es un factor de riesgo de muertes tempranas evitables. Según la OMS, cada año se producen más de 3 millones de muertes en el mundo debido al consumo nocivo de alcohol (accidentes de tránsito, suicidios, violencia, enfermedades físicas asociadas, y coma alcohólico).
5- En niñxs, adolescentes y embarazadas no existe un límite de consumo de alcohol seguro, siendo todo consumo problemático dado los múltiples riesgos y daños asociados.
6- El consumo de alcohol en el embarazo es la causa no genética más frecuente de retraso madurativo.
7- El consumo de alcohol en niñxs y adolescentes altera el neurodesarrollo, y aumenta el riesgo de desarrollar problemáticas adictivas en la adultez.
8- El consumo problemático de alcohol puede generar deterioro en todas las esferas de la vida de una persona, entre ellas la física, la psicoafectiva y la sociolaboral.
El uso problemático de alcohol es un asunto de gran impacto en la Salud Pública. A nivel mundial, el uso nocivo de alcohol ocupa el tercer lugar entre los principales factores de riesgo de muerte prematura y discapacidad. Asimismo, es el principal factor de riesgo de muerte y discapacidad para las personas de entre 15 y 49 años, franja etaria que suele ser de la más productiva económicamente (OMS, 2015).
En América Latina, Uruguay y Argentina encabezan el ranking del total de alcohol consumido en la región. En nuestro país se registran datos de consumo de 9,8 litros de alcohol puro per cápita, para un promedio regional de 8 litros y con proyecciones en aumento para el año 2025 (OMS, 2018).
Datos aportados por el Observatorio Argentino de Drogas, a través del estudio titulado: “Mortalidad relacionada al consumo de sustancias psicoactivas” de 2019 en nuestro país, en personas dentro del rango de edad de 15 a 64 años, indican que el alcohol ocupa el segundo lugar de los causales de las muertes relacionadas al consumo de drogas, con un 17,9% de las mismas, solo superada por el tabaco.
El rol del alcohol como un factor de riesgo en la producción de siniestros viales se encuentra reconocido a nivel mundial. Se estima que un millón de muertes por traumatismos fueron atribuibles al alcohol, lo que incluye alrededor de 370.000 muertes por traumatismos causados por el tránsito, 150.000 por autoagresión, y cerca de 90.000 por violencia interpersonal (OMS,2018).
La problemática no solo abarca a la población adulta, sino también a la población juvenil. Cualquier consumo de alcohol en menores, adolescentes y embarazadas está absolutamente contraindicado, ya que el alcohol altera el normal desarrollo neuromadurativo en curso.
Según datos de la Tercera Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE, 2018), el 77,1% de los adolescentes de 13 a 15 consumió alcohol por primera vez antes de los 14 años de edad. Además, 7 de cada 10 adolescentes de entre 13 y 15 años compraron bebidas alcohólicas, de acuerdo a la última edición de la EMSE, pese a la prohibición de venta a menores que establece la ley.
Según el Estudio Nacional en Población de 12 a 65 años sobre sustancias psicoactivas de SEDRONAR realizado en 2017, que indica que el 53,9 % de la población argentina de entre 12 y 17 años refieren haber consumido alcohol en el último mes. Sumado a esto, el patrón de consumo instalado entre los jóvenes es el denominado Consumo Episódico Excesivo de Alcohol (CEEA), o “binge drinking”, el cual se caracteriza por la ingesta de grandes cantidades de alcohol en un único episodio: usualmente 5 bebidas (Unidad bebida estándar- 1 UBE = 10 gramos de alcohol puro en promedio) o más para los varones, y 4 o más para las mujeres, en un periodo de menos de 2 horas, con 80 mg/dl de concentración en sangre o superior (hombres) y 60 mg/dl (mujeres).
Adicionalmente, el CEEA está asociado con la mayor probabilidad de consumo de riesgo y de abuso o dependencia en la edad adulta, por el contrario la probabilidad de padecer un trastorno por consumo de sustancias a lo largo de la vida cae un 4-5% por año de demora en el inicio del consumo. Por eso, es muy importante desarrollar políticas y acciones de prevención temprana en materia de reducción de riesgos y daños desde los inicios de la adolescencia.
Según la Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR, 2018) el CEEA en los últimos 30 días fue de 13,3% a nivel nacional. Se evidenció un crecimiento del indicador respecto de la anterior edición de la encuesta, con un aumento relativo del 27,9% respecto de la ENFR (2013), donde el CEEA fue de 10,4%.
En la ENFR (2018), al analizar el CEEA según variables sociodemográficas, se evidenció una amplia diferencia según sexo: el CEEA en varones (20,7%) resultó 3,2 veces mayor que en mujeres (6,5%). En cuanto a la edad, se observó un gradiente descendente a mayor edad, y una diferencia 5 veces mayor en el consumo de los adultos jóvenes (18-24 años: 20,7%) respecto de los de 65 años y más (4,3%). No se registraron diferencias según quintil de ingresos.
El consumo de alcohol también está asociado a distintos tipos de violencia entre ellas las vinculadas al género, según el registro nacional de femicidios de 2021, más del 20% de los sujetos implicados tenía algún tipo de consumo problemático de sustancias, habitual y/o al momento del hecho, destacándose el alcohol como la sustancia más frecuentemente implicada.
Si necesitas ayuda o información, comunicate todos los días, las 24 hs. al 108, opción 3 (Atención y orientación en Adicciones - Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat del GCBA) o al 0800-333-1665 (Salud Mental Responde - Ministerio de Salud del GCBA).
Cómo reducir los efectos nocivos
- Tomar dos vasos de agua por cada vaso de alcohol reduce notablemente los efectos negativos en el organismo, así como también los riesgos y daños asociados al consumo. El alcohol inhibe la secreción de hormona antidiurética lo cual impacta en el manejo de líquidos e hidroelectrolíticos del cuerpo, predisponiendo a la deshidratación.
- Si vas a consumir alcohol es importante comer previamente, a fin de disminuir la posibilidad de intoxicación aguda. Ya que enlentece el vaciamiento gástrico y con ello disminuye la velocidad de absorción intestinal del alcohol.
- Siempre evitar mezclar el consumo de alcohol con otras drogas o psicofármacos. dado que pueden potenciar sus efectos depresores o generar mayor tolerabilidad al consumo o incluso generar nuevos compuestos de mayor toxicidad para el cuerpo.
- Si consumís no manejes pase lo pase. Siempre hay otra opción. El alcohol genera una falsa sensación de seguridad y alteraciones importantes en la coordinación y los reflejos que aumentan considerablemente el riesgo de accidentes viales.En casi un 25% de las muertes por accidentes de tránsito se halla presente el consumo de alcohol.