¿Cómo se hizo?

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Raquel es una profesora de matemática preocupada por terminar con la idea de que su ciencia es aburrida o difícil. Cuenta que al preguntarse qué hacer para renovar un poco los contenidos que debía dar en segundo año del secundario, tuvo una idea poco convencional: relacionar la matemática con el arte, con la estética. Buscó apoyo en algunos colegas y puso manos a la obra, con el objetivo de mostrarle a sus alumnos que los números pueden estar presentes de muchas formas en tanto en las expresiones artísticas como en algunos patrones de la naturaleza.

El eje del trabajo estuvo en la interdisciplinariedad, ya que varias áreas tuvieron que articularse para poder llevar adelante el proyecto. Tuvieron que aprender de pintura, escultura y biología, para finalmente armar videos, láminas y maquetas, que de una manera atractiva y armoniosa para la vista, presentaran el fundamento científico de la belleza.

Para los chicos, lo mejor fue ver que lo que aprenden en el colegio no sólo sirve para aprobar las materias, sino que también les permite poder hacer cosas prácticas. Para todos, la mayor satisfacción fue tener productos tangibles originados por los conocimientos nuevos y hechos con sus propias manos. “Todos se lo tomaron muy profesionalmente, y las producciones fueron muy cuidadas, los chicos fueron súper respetuosos con el trabajo, no sólo los que decidieron exponer, los que trabajaron en los videos también”, nos dice Raquel con orgullo.

“La Divina Proporción” fue una oportunidad para todos de desarrollar otro punto de vista, y descubrir que la ciencia está presente en muchas más cosas de las que creemos.