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Experiencias
Escuela
de Coro y Orquesta“Athos Palma”
El
18 de marzo de 1946 se crearon las Escuelas de Coro y Orquesta
del Consejo Nacional de Educación. Athos Palma, Supervisor
general de Música del Consejo proyecta que cada Distrito
tenga una, pero sólo se consigue instrumentar dos:
la del Instituto Bernasconi y la de la Escuela Carlos Della
Penna. En 1980 la Escuela de Coro y Orquesta Athos Palma se
institucionaliza como Escuela de Primera Categoría,
al crearse los cargos de Director, Vicedirector y ampliarse
su planta de docentes. Cuenta con más de 300 alumnos.
Desde entonces, la Escuela de Coro y Orquesta "Athos
Palma" ha adquirido una importancia sustancial, no sólo
en el aprendizaje de sus alumnos, sino también en la
participación en actos Institucionales y fuera de la
Institución.
Director:
Jorge Roel
Vicedirectora: Julia Jakielewicz
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2002
El
maestro de música |
José
Juan Gallardo
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La
Escuela de Coro y Orquesta participa en todos los
actos escolares con arreglos musicales del propio
Director, en canciones patrias y música clásica
y popular |
Desde
1946 funciona en el Bernasconi la Escuela de Coro y Orqueta
Athos Palma, con alumnos que pueden pertenecer o no a la
Institución. Muchos egresados forman parte de orquestas
nacionales e internacionales.
Se
los ve llegar con violoncellos, violines, contrabajos, pequeñas
flautas, trompetas
o guitarras. El piano no lo transportan. Lo brinda la institución.
Entre los 5 y los 14 años, los chicos pueden ingresar
a la Escuela de Coro y Orquesta “Athos Palma”,
que bajo la dirección de Jorge Roel y la vicedirección
de Julia Jakielewicz funciona en el predio del Instituto
Bernasconi. La inscripción está abierta para
alumnos de la institución o de cualquier escuela
primaria, pertenezcan o no al Gobierno de la Ciudad.
Según nos cuenta Roel, esta escuela funciona desde
1946, como así también la Escuela Carlos Della
Penna, cuando aun los etablecimientos primarios pertenecían
al Ministerio de Educación y fueron transferidas
posteriormente al égido municipal.
Desde entonces, el organigrama fue concebido por el Ministerio,
aunque no todas las escuelas de música pertenecientes
a la Secretaría de Educación fueron creadas
para la misma época ni poseen la misma organización.
La Escuela de Coro y Orquesta “Athos Palma”
funciona todos los días de 17.30
a 20.10, en módulos de 3 horas cátedra, con
un total de 34 docentes y aproximadamente 250 alumnos, de
los cuales el 50 por ciento pertenece al Bernasconi.
Si la familia puede comprar el instrumento que elige el
alumno para estudiar, se amplía
la posibilidad de compartir los propios con que cuenta la
escuela. Pero de todos modos, la institución ofrece
a sus estudiantes los instrumentos que decide tocar: piano,
violín, violoncello, contrabajo, flauta dulce, flauta
traversa, oboe, fagot, trompeta, trombón, corno,
tuba, guitarra, entre otros, e intrumentos autóctonos
como el erque y el charango.
No obstante, comenta Roel, es necesario que la escuela cuente
con más cantidad
de instrumentos, para ampliar la ejercitación en
una mayor cantidad horaria.
Las materias complementarias obligatorias para todo estudiante
de la escuela son historia de la música, conjunto
de cámara, danzas folkóricas y tango, lenguaje
musical, coro y orquesta. Cada instrumento tiene por lo
menos, siete alumnos para tocarlos, aunque los más
solicitados son la guitarra y el piano.
La opinión de Roel es que los objetivos de la escuela
no es formar profesionales artistas, sino “sentirse
identificados con la música. Hacerles ver a los chicos
que no hay límites para estar en paz con la música”.
La escuela presenta otras ventajas: si quieren proseguir
sus estudios, tienen el ingreso
automático al Conservatorio Superior de Música
Manuel de Falla y al Conservatorio
del Gobierno de la Ciudad e ingresan directamente a 2º
año. Muchos egresados del “Athos Palma forman
parte de orquestas nacionales e internacionales.
A través de exámenes de evaulación
en 2º año, los alumnos muestran lo aprehendido
y a fin de año en la propia escuela, vuelven a exponer
ante quien quiera escucharlos,
su evaluación.
Según comenta Roel durante una época se realizaban
cuatro conciertos didácticos
para el propio Instituto Bernasconi, pero se suspendieron
por falta de interés. Actualmente, con esta nueva
Gestión, la Escuela de Coro y Orquesta participa
en todos los actos escolares, con arreglos musicales del
propio Director, en canciones patrias y en música
popular.
El repertorio es lo suficientemente amplio para satisfacer
todos los gustos del ejecutante y del oyente: música
clásica, barroca, jazz y tango, además de
las canciones patrias mencionadas.
“Bernasconi, escuela abierta”,
octubre de 2002.
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Escuela
de Coro y Orquesta “Athos Palma”
Entrevista al Director de la Escuela, Jorge Roel
2003
Música,
maestro, por favor |
José Juan Gallardo |
El maestro Jorge Roel, dirigiendo a la Orquesta en "Homenaje
por la paz" |
¿Cuál
es el Proyecto de la Escuela de Coro y Orquesta para este
año
José Juan Gallardo |
El
Proyecto general siempre ha sido integrador o sea que
la función de la Escuela de Coro y Orquesta es
lograr que todos los chicos participen de todas las actividades
sin ningún tipo de acto discriminatorio, que implique
mostrarle un lado flaco de su personalidad. Cuando mantengo
esta postura, debo ser preciso porque se puede malinterpretar.
No hablo del talento natural, ni de la capacidad o de
las aptitudes que nosotros podemos tener. La actitud debe
ser lo suficientemente flexible para que todos los chicos
puedan participar. Cuando se dice “dentro de la
Escuela” pareciera que es un ghetto cerrado. No,
la Escuela está abierta totalmente a la comunidad
y no solo pueden participar los chicos que están
en el Instituto sino también alumnos de otros lugares.
La función es de apertura, integradora, social
y comunitaria.
Es una función de acercamiento de la familia, al
desarrollo sensible que implique en el chico despertarle
valores significativos para su vida. Esto, más
allá de los aspectos discursivos, tiene que ver
con la profundidad de los sentimientos en los cuales creo.
Considero que ésta no es una Institución
como lo puede ser un Conservatorio, que implica una especificidad,
una especialización semi profesional o profesional
en definitiva. La Escuela de Coro y Orquesta tiene un
objetivo que es formar niños músicos, que
se despierte al estímulo que produce el arte para
su propia sensibilidad. Quiere decir que si toco un instrumento
que no es tradicional en el ejercicio de alguna especialización,
en la Escuela de Coro y Orquesta lo vamos a sentir como
parte de un todo. El caso más específico
es el de la integración de la orquesta. Si tomo
como base una orquesta, desde el punto de vista profesional,
admite ciertas reglas de juego y cierto ordenamiento formal.
En la Escuela de Coro y Orquesta eso no debe existir porque
si no, produzco actos discriminatorios.Supongámonos
que yo haya elegido por mis aptitudes, por mi contexto
familiar, por las influencias de algún medio de
difusión o por un sinfín de situaciones,el
instrumento guitarra o la flauta. Como la guitarra y la
flauta no forman parte de una orquesta sinfónica,
yo no voy a poder tocar nunca integrando este instrumento
a un conjunto de chicos que forma parte de una orquesta
institucional. Si observo la orquesta del Teatro Colón,
voy a visualizar 36 violines, 8 violas, 8 violoncellos,
10 o 12 contrabajos, 3 trombones. Pero en la Escuela la
función es otra: es integradora, es pedagógica,
para que el chico encuentre en el marco institucional
las posibilidades de su desarrollo. Si el alumno no encuentra
la posibilidad de potenciar sus viscisitudes internas,
la Escuela no tiene sentido, porque no estamos formando,
estamos estableciendo que hay, llamado groseramente, una
suerte de elitismo. Por lo tanto, la propuesta que siempre
establezco a través de una institución educativa
y máxime la nuestra, como es el Instituto Bernasconi,
no es hacerle “leer” al chico otra cosa que
la afirmación de su autoestima, que es el compromiso
de vida. Ése es mi concepto de Escuela. Puede inscribirse
un chico que tal vez no está dotado para tocar
el violín o para cualesquiera de los instrumentos
pero si me dice “ yo quiero estudiar el violín”,
está en mí explicarle que a lo mejor- y
de la forma más afectuosa posible- que no puede
tocar el violín por sus condiciones, pero no negarle
de entrada, la posibilidad de tocar ese instrumento, porque
él quiere hacerlo. Después la vida, en el
transcurso de su experiencia y de su madurez puede demostrarle
lo contrario. ¿Quién dice lo que es sí
y no en el devenir de la vida? No se le puede poner un
cliché de entrada. Le tiene que mostrar todas las
expectativas, para que ellos decidan qué quieren
hacer. |
Un
homenaje al maestro Jorge roel, al finalizar el ciclo
escolar 2002 |
¿Cuántos
años se cursan en la Escuela de Coro y Orquesta?
La idea es intensificar cada vez más el proyecto dentro
de las limitaciones que producen las edades cronológicas,
la madurez del aprendizaje, de la apreciación cognoscitiva
de los alumnos, como así también, la posibilidad
de ir ajustando sus experiencias un poco más, en concordancia
con las exigencias de los Conservatorios. Por eso hemos incorporado
un tercer año en la escuela que antes no teníamos.
En realidad son cinco años, primero, el preparatorio,
el primer año, el segundo y el tercero, que tienen
por fin lograr el mayor acercamiento posible a las exigencias
que los Conservatorios están teniendo ahora, porque
nuestros chicos están ingresando a segundo año
del pregrado del “Conservatorio Superior de Música
Manuel de Falla” y eso les permite estar en carrera.
Esto es bastante interesante porque en principio permite retener
a los chicos hasta un poquito más adelante, lo que
los hace crecer en la institución. Le permite una mayor
cuota de maduración para que cuando ingresen al Conservatorio,
las exigencias no sean tan duras.
Y con respecto a los proyectos, nunca estoy contento, nunca
estoy satisfactorio con
la Escuela ni conmigo mismo; ha sido siempre la impronta de
mi vida, y creo que si uno está satisfecho es como
decir acá terminó mi existencia. Me parece que
la búsqueda permanente de cosas nuevas, es un desafío
permanente.
¿Este año tomaste alguna otra iniciativa?
Recuerdo que en uno de los actos había algunos chicos
que no pertenecían a la Escuela de Música que
tocaban flauta...
Este año se ha hecho una cosa realmente significativa
y debo agradecerle a nuestra
querida Coordinadora General ya que siempre me está
poniendo en un desafío y yo digo que es como una realimentación
recíproca.
En las escuelas del Instituto Bernasconi hay chicos que estudian
flauta, ¿qué hacemos con esos chicos que no
participan en Coro y Orquesta? Eso no significa que dentro
de las limitaciones que tienen en el aula común y las
pocas horas que tiene el maestro de música, se pueden
hacer cosas para complementar, adjuntar como dos piezas. La
música es para todos, aún haciendo notas uno
siente el orgullo, la satisfacción de estar participando
con los demás. Lo que he estado haciendo, a pedido
de las profesoras y de la Coordinadora General fue arreglar
las partituras, reduciendo las dificultades para esas 100
flautas dulces. Y eso me ha permitido retomar mi viejo proyecto:
yo creo que el Bernasconi tiene que tener definitivamente
un Departamento de Música, que implique la colaboración
entre todos los docentes de la especialidad del Instituto
y entenderlo como un proyecto común, no una isla separda,
para beneficiar al educando, que es lo que buscamos todos.
Esto se vio en el acto del 8 de julio.
¿
Con los coros, también...?
Sí, con los coros es exactamente lo mismo, porque en
el acto del 25 de mayo , los coros del Instituto se adjuntaron
al nuestro y pudieron participar. La gente podrá ver
diferencias; yo como pegagogo no las quiero ver, porque entiendo
que la integración es un doble beneficio: primero,
porque el alumno de las escuela común siente que se
está integrando a algo de mayor nivel cultural, y por
el otro lado pueden descubrir una vocación para la
música e ingresar a la Escuela de Coro y Orquesta.
Creo que todos los seres humanos somos músicos, sin
excepción, y esto viene de la vieja apreciación
del maestro Jacques D´Alcroze que allá por el
principio de 1900 hizo el famoso tratado sobre la rítmica
musical. Él partió de la idea de que nosotros
tenemos un tambor batiente que vive con nosotros; si nos detenemos
a escuchar interiormente, podemos representar todo partiendo
del ritmo, como es la vida de los seres humanos. Si de eso
hiciéramos una educación constante llamada educación
por el arte creo que tendríamos un grado de conmiseración,
comprensión, respeto,solidaridad por el otro, mucho
mayor.
¿Hay entonces un proyecto del Departamento
de Música?
Se lo he presentado a la Coordinadora General porque es un
viejo sueño que no me quiero arrogar, sino que es un
viejo sueño que me hubiera gustado tener como maestro
de música en muchas instituciones en las que he trabajado,
porque en primer lugar se quita la competencia y ya nadie
dice “mis alumnos son mejores que los tuyos”.
Cada uno va sacando de sus alumnos las mejores potencialidades
y si los integran a todos se termina la competencia en beneficio
de la Institución. No es necesario establecer una norma
rígida, sino una reglamentación con objetivos
comunes para todas las escuelas.
¿En ese caso también se integraría
a ese Departamento la Escuela de Coro y Orquesta?
No. Primero por la especificidad de lo que se enseña
en Coro y Orquesta. Nosotros tenemos un organigrama programático
a establecer que es el de llegar a la alzada del Conservatorio
y es muy específico el conocimiento musical. El segundo
es el respeto; yo tengo un profundo respeto por mis colegas
y también soy maestro de educación musical en
las escuelas primarias, y sé que en la forma de elaborar
el trabajo, siempre hay contenidos o tiempos diferentes. Entonces,
entraríamos dentro de un celo profesional. Si me piden
el asesoramiento, eso es otro tema pero que yo determine los
alcances arrogándome una autoridad suprema sobre ellos
me parece una falta de ética.
¿Este año ha mermado la cantidad de
alumnos?
Al contrario, ha aumentado mucho. Hoy ha llegado un padre
desesperado porque quiere que su hijo ingrese cuando en realidad
ya no hay vacantes; hemos rechazado alumnos porque estamos
en las evaluaciones de mitad de año y no tiene sentido
incorporarlos. Si fueran talleres no habría problemas,
pero al tener un conocimiento sistematizado le voy a producir
angustia al chico porque se encuentra perdido. Y hay que evitar
eso.
De acuerdo con lo que salió el año pasado en
Bernasconi, escuela abierta, la Escuela funciona de 17.30
a 20,10 todos los días en módulos de tres horas
cátedra con alrededor de 34 docentes y alrededor de
250 alumnos.
Así es, pero actualmente tenemos 300 alumnos. Además,
desde las 16.30 a las 17.30 los alumnos utilizan todos los
ámbitos escolares para estudiar. Suelen venir antes
y a veces se quedan hasta después, inclusive yo. Hay
también un coro de padres. Les damos el marco y ponemos
la contención aunque no es mi ingerencia pedagógica.
Los papás están regenteando entre sí
un propio maestro de piano que no es de mi Escuela. Lo han
contratado para estudiar porque quieren compartir lo que hacen
los chicos. Es muy lindo.Está organizado por la Comisión
de Padres de la Escuela de Coro y Orquesta y por la Cooperadora
general. Concurren todos los lunes y miércoles entre
las 8 y 10 de la noche, hacen coro y estudio específico
de la materia.
¿Te siguen faltando instrumentos?
Eso es fundamental.Yo he conversado con el Subsecretario de
Recursos y Acción
Comunitaria, profesor Carlos Pissera, quien se ha comprometido
a tratar de resolver los pedidos. Me faltan nueve pianos nuevos
para poder dar clase a la altura de los países del
primer mundo. Estamos en la escuela pública a la que
yo amo más que nada y es donde se hacen los esfuerzos
verdaderos, pero todavía falta un convenio con países
que tienen fábricas de instrumentos a través
de organismos nacionales que puedan pactarlo.
¿Cuánto hace que dirigís la escuela?
Entré como Vicedirector interino en 1981; era maestro
de metales y a la vez estaba
dirigiendo el coro y la banda de un colegio nortemaericano
en la zona norte. La señora de Fernández que
era la Directora en aquel entonces, me dijo que se retiraba
y que en esta Escuela tenía la posibilidad de ser Vicedirector,
por puntaje. Planteé en el colegio privado que si me
pagaban como a sus pares norteamericanos me quedaba. Como
me dijeron que no, me instalé en el Bernasconi. En
el 83 se retira la profesora Fernández y me deja como
Director interino. Era muy joven y tuve que hacer patria.
En el año 92 gané el concurso como titular,
cuando dependíamos del Ministerio de Educación.
Aquí estoy.
S.I.
“Bernasconi, escuela abierta”,
agosto de 2003.
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