El Riachuelo ofrecía a los frigoríficos la posibilidad de descargar los residuos industriales, disponer de agua para el proceso de elaboración y contar con una vía de transporte para la exportación final. Por otro lado, contaban con una trama ferroviaria que garantizaba el abastecimiento de ganado. De este modo, los frigoríficos y otras industrias establecidas en el Riachuelo volcaron en él sus efluentes.
A esto se sumaron los desechos provenientes de la extensión de los servicios cloacales. Fue así como las aguas del Riachuelo volvieron a degradarse como resultado de la contaminación orgánica.