Potosí, Villa Imperial
En 1545 los españoles fundaron la ciudad de Potosí, construida para la explotación de los yacimientos de plata más grandes de la América española. En apenas un siglo se convirtió en una opulenta y desigual ciudad de más de 150000 habitantes.
El hallazgo del cerro Rico de Potosí en 1545, la beta de plata más grande del mundo, a menos de 15 años del desembarco de Francisco Pizarro en el Perú, amplió el espectro de explotación minera indiana a cifras nunca antes soñadas por europeo alguno.
A lo largo de los siglos, el crecimiento económico trajo como consecuencia el desarrollo demográfico y cultural. Ya Carlos V, había declarado al pequeño caserío a los pies del cerro “Villa Imperial”; para la época de Felipe II en la ciudad funcionaban 36 garitos, 14 salones de baile, 60 bodegones y 20 casas de comida. Habitaban en ella 100.000 personas de todos los orígenes raciales, contra 15.000 almas en Lima, capital del Virreinato.
Para mediados del siglo XVII, la población había crecido a 160.000. Hacia 1700, la ciudad había adquirido tal diversidad cultural y riqueza que contaba con sus propias escuelas de arquitectura, escultura y pintura, compitiendo y, a veces, opacando a otros grandes centros coloniales como Lima y Cusco.