La Cuarta Parte del Mundo

Hall Introductorio: Presentación del Guión de Exhibición.

Curadores: Patricio López Méndez, Gustavo Tudisco.

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Foto: Archivo/Museo Fernández Blanco

En el esquema de pensamiento europeo del siglo XVI, la humanidad descendía de un mismo tronco, pues tres habían sido los hijos de Noé y tres eran las partes del mundo: Europa, Asia y África.

América no podía ser una parte en discordia, sino la prolongación de la primera y la oportunidad cristiana de redimir al último reducto de infieles, justificación de la conquista.

En este proceso de contacto y adaptación, los conquistadores minimizaron la otra mitad del conflicto: los indios, considerados sujetos pasivos, los mestizos, asignados al no lugar, y los criollos, como extensión de sí mismos. El paternalismo colonial los relegó a una minoridad indefinida, sin embargo, su interacción con el elemento europeo, sazonado con africanos y conversos, redundaría, a la postre, en el producto original que hoy entendemos por Hispanoamérica.

En el espacio sudamericano distinguimos tres ámbitos culturales, cuyos vínculos preexistentes nunca fueron quebrados, que confluyeron en la formación de la primera identidad Argentina: el mundo surandino, la cultura de la selva y la puerta del Atlántico.