Escribir es humano

Escribimos para sobrevivir al tiempo, para que la información pueda ser recuperada y tenga la capacidad de operar en el futuro. La escritura transmuta tiempo y espacio, y funda al pensamiento en una nueva dimensión, relacionando el pasado y el futuro, rompiendo con el tiempo circular de la oralidad. Ella es también un espacio, pues sólo en un espacio pueden sobrevivir las palabras habladas. Así, la escritura sitúa al hombre y a la sociedad en la historia.

La producción de la escritura ha sido siempre social y culturalmente desigual y diferencial. Sus testimonios son siempre visiones parciales de su tiempo, retazos subjetivos de la realidad, ya que sólo se conservan aquellos escritos según la voluntad de quienes los manipulan.

¿Quién escribe? ¿Por qué escribe? ¿Para qué o para quién escribe?

Documentos y libros, como vehículos para transmitir información y pensamiento: máquinas del tiempo que recuerdan el pasado y enseñan el futuro.

Extractos de “Notas para una Antropología de la Escritura”, de Joaquín Rodríguez Mateos.

Archivo General de Andalucía