Encarnación Rosa Guaglianone
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Nació el 15 de abril de 1932, en 9 de Julio, provincia de Buenos Aires. Sus padres residían en la estancia "La Idalina" en El Tejar, donde Rosa pasó su primera infancia en contacto con la naturaleza. Mudada la familia a Buenos Aires, cursó sus estudios primarios y secundarios en establecimientos públicos. Más tarde estudió algunos años en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Buenos Aires, para luego ingresar en el Profesorado en Ciencias Naturales en el Instituto Superior del Profesorado "Joaquín V. González", en el que se graduó en 1958. En el mismo año, recibió el Premio del Instituto Superior del Profesorado y del Instituto Antártico Argentino.
Ejerció la docencia en ciencias naturales en varios establecimientos públicos entre 1960 y 1967. Entre 1961 y 1965 trabajó como ayudante de clases prácticas en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Allí, la profesora María Luisa Giardelli la estimuló a cursar la materia Taxonomía de Plantas Vasculares en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, dictada en ese momento por el Ing. Agr. Arturo Burkart. Desde entonces, y bajo la dirección de Burkart, comenzó sus estudios en taxonomía en el Darwinion. Paralelamente se desempeñó como profesora interina primero y luego titular por concurso de Botánica en el Colegio Nacional, desde 1965 hasta fines de 1974. También fue ayudante en la asignatura Botánica Agrícola en la Facultad de Agronomía de la UBA, entre 1964 y 1967.
Sus primeros estudios científicos estuvieron dedicados a las Liliáceas. Un trabajo acerca del género Nothoscordum la hizo acreedora del Premio "Cristóbal M. Hicken" de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, bienio 1971-72. En 1974 obtuvo una beca de "Investigador Formado", otorgada por el CONICET para el "Estudio monográfico del género Rhynchospora Vahl (Cyperaceae) en la Argentina". En ese entonces, la docencia secundaria o terciaria no universitaria era incompatible con la investigación en el CONICET, y esa fue la razón por la que Rosa dejó la docencia. Esa fue una de sus decisiones más dolorosas.
En 1977 obtuvo una beca de la Comisión Fullbright para continuar sus estudios sobre Rhynchospora en el New York Botanical Garden, en el Smithsonian Institution, en el Gray Herbarium de Boston, en el Missouri Botanical Garden y en Berkeley, Universidad de California. Más tarde, en 1992, viajó a Europa para realizar estudios en el Royal Botanic Gardens, en el Natural History Museum y en el Jodrell Laboratory de Kew Graden, Reino Unido. Durante su estadía en Europa realizó tareas de investigación en los Herbarios de Berlín, Ginebra y París. También visitó los principales herbarios de Brasil, Chile, México, Paraguay y Uruguay.
Entre 1961 y 1993 efectuó más de 40 viajes de colección y de estudio a las provincias de Entre Ríos, San Luis, Tucumán, Rio Negro, Corrientes, Formosa, Catamarca, Jujuy, Salta, Misiones y San Juan, siempre en relación con los diferentes proyectos de flora Argentina y con los planes de investigación que se llevaban a cabo. Uno de sus viajes a Misiones en 1995 fue patrocinado por la National Geographic Society.
Se registran más de 50 especies descriptas por Rosa, muchas de ellas publicadas en revistas de alto nivel científico como Hickenia y Darwiniana. Las especies se identifican con su abreviatura "Guagl.", que reconoce su autoría y autoridad. Es autora de numerosas publicaciones, incluyendo la coordinación de la sección ciperáceas de la Flora del Cono Sur (2008), trabajos sobre la flora de la Isla Martín García, sobre especies sudamericanas e incluso del Brasil y Venezuela. La Secretaría de Educación de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires publicó en 1980, con destino a los niños y maestros de escuelas primarias, dos valiosos trabajos de divulgación científica acerca de las hierbas y los árboles de la Ciudad. Fue un proyecto que Rosa anhelaba con esperanza de maestra y que halló buen eco en el Dr. Ángel L. Cabrera, por entonces director del Darwinion. El dedicado a "Algunas hierbas espontáneas en los espacios verdes de la ciudad de Buenos Aires" era enteramente de su autoría, incluyendo sus textos y dibujos. En este material no sólo incluía sugerencias para el aula. También recordaba que "la idea de conservación surge prácticamente con la ciudad de Buenos Aires, siendo ya preocupación de su fundador, Don Juan de Garay y que en fecha tan temprana como 1590, el Procurador pidió al Cabildo que se impusiera pena a los que corten "algarroba", espinos y cualquier otro género de monte, para preservar las chacras de la depredación”.
A lo largo de toda su carrera, el objeto principal de sus estudios fueron las familias Cyperaceae y Liliaceae (en su sentido amplio) aunque también realizó importantes trabajos en las familias Combretaceae, Herreriaceae, Phytolaccaceae y Smilacaceae, tanto taxonómicos, morfológicos como florísticos. En sus últimos años, colaboraba en proyectos de investigación sobre Floras de Argentina (Entre Ríos, San Juan, Jujuy, Chaco, Valle de Lerma, Flora Fanerogámica Argentina), Flora del Paraguay (Cyperaceae: Rhynchospora. Smilacaceae), Catálogo de las Plantas Vasculares de Bolivia (Rhynchospora –Cyperaceae. Smilacaceae), e Inventario de la biodiversidad vegetal de la Reserva de Yabotí (Misiones). Desde 1977 era miembro de la Carrera de Investigador Científico del CONICET.
Siempre mantuvo conexión con su ciudad natal. Regularmente viajaba a 9 de Julio, donde tenía familiares y amigos. En 2013 fue invitada para el 150 º aniversario de la ciudad para brindar una conferencia, que trató sobre la Cina-Cina (Parkinsonia acualeata) y propuso que fuera la "planta emblemática" de la ciudad.
Falleció en Buenos Aires en octubre de 2014.