Arte para el Bienestar / Edición #2

Un Convite para expresarnos y tejer la trama que nos sostiene.

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El arte es un “factor protector de envejecimientos saludables” en todas sus facetas: cuando pintamos, dibujamos, escribimos, cantamos, bailamos. Ya sea porque tenemos el hábito o porque nos dimos esa oportunidad, nuestra interioridad se expresa, sale hacia afuera a través de canales que son los lenguajes artísticos. Y eso que sale, haciendo visible lo invisible, nos revela, nos reconecta con nosotros mismos y habla por nosotros.

Cuando nos vinculamos a una obra de arte a partir de una imagen, una música, un texto, la obra es un puente entre lo expresado por el/la artista y lo que me sucede como espectador/a. En ese diálogo con la obra de arte, la imagen nos interpela, relacionándonos con otros mundos y perspectivas, y también con nuestras emociones, afectos, recuerdos, con nuestra propia imaginación y creatividad. Porque esa imagen, puede inspirarnos a crear otra imagen o un texto, un objeto, un movimiento corporal…

La “Colección Convite” propuesta por Pequeñas Colecciones responde a esta última faceta del arte. Los “Convites”, conjugan imágenes artísticas, breves textos poéticos y preguntas que invitan a conectarse con los sentidos, los afectos y crear libremente. Cada uno genera un sinfín de respuestas, tan diversas como las personas que lo reciben. Esas respuestas e intercambios, reflejan historias de vida, experiencias, deseos, saberes, recuerdos y dan lugar a bellísimos textos colectivos. Hoy te compartimos un Convite y el texto colectivo que éste generó para que vos también, desde tu casa, puedas sumarte a esta ola creativa. A esta red poética que nos sostiene y nos expresa.

Asombroso mundo, lleno de mundos que en el mundo fulguran… Eduardo Galeano.

Creación Colectiva

Sábanas... sábanas... testigos de amores, insomnios, sueños y nostalgias. De noche, envuelven habitantes cansados. De día, enarbolan como banderas onduladas por el viento, su proyecto cotidiano sustentado por mástiles que llegan del espacio.
Evocaciones de pureza, tibieza, alegría, libertad… Recuerdos de la casa de la niñez, recuerdos de terreno enorme, colgando la ropa alto, con un palo. Bajo un sol brillante donde ¡hasta la ropa se siente libre!
Recuerdos del familión en el barrio de Palermo con fondo de gallinas, quinta, parra e higuera. Hervir la ropa para que quedara más blanca. El tender calesita, en el que jugaban las nenas, hoy ya casadas, adultas… Tender la ropa es la satisfacción de la labor cumplida. Verlas batirse al sol, bien altas para que el perro y los chicos no las ensucien ni la saquen para disfrazarse o se rasguen.
Enseñar a los nietos a lavar y colgar. ¡Porque ya tiene 11 y tiene que saber estas cosas de la vida!

Las sombras, cuánto placer ver a través del hermoso “telón sábana”, con su transparencia, las hojas y ramas manifestándose, como bailando un vals. Sombras, amables de día, un poco terroríficas de noche, jugar a mirar las formas de las nubes en la laguna de Chascomús… Jugar a interpretar las sombras sobre la tela.
Las nubes, embelleciendo con sus tonos rosados, lilas, naranjas, violetas el celeste que va oscureciendo. Atardeceres… momentos mágicos. Siempre diferente. Siempre único. Arte efímero.

Colgar la ropa, ¡Cómo algo tan rutinario logra hacer volar la imaginación!, hasta percibir a través del olfato, el perfume tenue y fresco de la ropa limpia…Colgar la ropa en la cuerda de la vida...retirarla antes que llueva. Doblarla cuidadosamente...estirando con manos protectoras los pliegues...como si fueran obstáculos a superar…

Una tarea que no se delega, a la que se le dedica tiempo, para estirar la ropa, darla vuelta, recogerla, olerla, doblarla, ¿ritual de familia?. Colgar la ropa, un proceso de disposición en el espacio de las prendas, de equilibrios, de distancias, de cercanías, de parentesco entre ellas, de afinidades diversas. Ayer, justo descubrí que una media se había escapado y posaba en un tallo sin hojas, desnudo por el invierno, pero como es agosto fue la primera flor que vi próxima a la primavera.

Identificarse con esto de las afinidades, los tamaños, los colores, los espacios intermedios. Qué prenda merece más sol, cual más aire, y cuál puede soportar un doblez. Todos los días es el desafío de que haya espacio para todas. Como una comunidad de trapos mojados. Un rompecabezas textil.

Texto colectivo de Rita, Nora, Laura, Alicia, Pochi, Lidia, Nilda, Isabel, Ana María, Elena, Marisa, Delma, Adriana, María Cristina, Carlos, Patricia, Paula, Carolina, Cecilia, Mariana. Vecinos y vecinas; concurrentes a los Centros de Día para personas mayores número 4, 5, 15, 19 y 29


Pequeñas Colecciones es un proyecto de arte y educación itinerante que desde 2012 trabaja con personas mayores desde la perspectiva del arte como herramienta de resiliencia y factor protector de envejecimientos saludables. Para acompañar a las personas mayores durante la etapa de aislamiento social preventivo, ha creado la Colección Convite como propuesta virtual gestionada por Ana Luz Chieffo y Sol Giannetti.