Varios científicos se internaron un día en la selva lluviosa panameña, donde los árboles, frondosos, enmarañados y siempre verdes, alcanzan los cuarenta metros de altura. Llegaron por la tarde, eligieron un árbol y pusieron a su alrededor unos grandes embudos. Debajo de cada embudo colocaron un frasco que contenía siete partes de alcohol y una de agua. Luego se dispusieron a pasar la noche en el lugar. Poco antes del alba, a la hora en que el viento se detiene, encendieron la "bomba para bichos", un dispositivo motorizado, con aspecto de cañón, que durante varios minutos disparó hacia la copa del árbol una niebla insecticida. En las horas siguientes, miles de pequeñas criaturas se desplomaron sobre los embudos y cayeron en los frascos. Las que aún no habían muerto, se agitaron hasta morir en la mezcla de alcohol y agua.
Las criaturas fueron enviadas a distintos especialistas para que las identificaran. El jefe del grupo, cuyo nombre era Terry Erwin, se quedó con los escarabajos, porque hacía años que los estudiaba y los conocía muy bien.
Después de un cuidadoso análisis, Erwin determinó que los escarabajos capturados pertenecían a unas 160 especies. Entonces, hizo el siguiente razonamiento. En la selva lluviosa existían 50.000 especies de árboles. Si en cada especie arbórea vivían 160 especies de escarabajos, había 160 x 50.000 = 8.100.000 especies de escarabajos. Como estos insectos representaban el 40% de los artrópodos, en los árboles de la selva debía haber (8.100.000 x 100) / 40 = 20.250.000 especies de artrópodos. A esta cifra, Erwin le sumó la cantidad de especies de artrópodos que vivían en el suelo (aproximadamente la mitad de las que vivían en los árboles). Así llegó a la conclusión de que en la selva lluviosa panameña vivían 30 millones de especies de artrópodos.
El cálculo de Erwin fue rápidamente criticado por sus colegas. Le dijeron que tendría que haber estudiado más árboles. Y que no era correcto asumir que distintas especies de árboles están habitadas por la misma cantidad de especies de escarabajos. Otros biólogos hicieron sus propios cálculos usando datos de distintas selvas del mundo y obtuvieron cifras menores, pero aún muy grandes: entre 5 y 10 millones de artrópodos.
Aunque los expertos siguen sin ponerse de acuerdo sobre el número de especies, estos trabajos confirmaron lo que ya nadie discute: las selvas lluviosas se cuentan entre los lugares con mayor diversidad biológica del planeta .
Las páginas que siguen invitan a docentes y alumnos de los primeros años del Nivel Medio a acercarse al tema de la biodiversidad. ¡Abrimos la puerta a la reflexión y a la construcción colectiva de conocimientos!