La vida apareció en la Tierra hace unos 3.800 millones de años. En los últimos 550 millones, es decir desde la aparición de los animales, existieron 30.000 millones de especies. Como ahora hay apenas entre 10 y 100 millones, más del 99,99% ha desaparecido. Aún así, la cantidad especies es mayor ahora que en cualquier otro momento de la historia de la vida.
La extinción de las especies es un fenómeno natural, que ocurre en forma lenta y más o menos constante. De cada millón de especies, desaparece una por año. Esta extinción de fondo se ve alterada de vez en cuando por extinciones masivas que provocan la desaparición de un gran número de especies en tiempos relativamente cortos (desde un punto de vista geológico).
La mayoría de las extinciones masivas fueron moderadas; unas pocas, conocidas como las Cinco Grandes, alcanzaron enormes proporciones.
Las causas más probables de las extinciones masivas son el enfriamiento del planeta, el descenso del nivel del mar, la deriva de los continentes y cambios en la composición de la atmósfera. La única extinción cuya causa se conoce con certeza es la que eliminó a los dinosaurios: la caída de un meteorito de diez kilómetros de diámetro en la península de Yucatán. Comparable al estallido de millones de bombas atómicas, el impacto lanzó a la atmósfera una nube de polvo que durante varios meses sumió al planeta en la oscuridad. La falta de sol tuvo un efecto drástico sobre las plantas, luego sobre los animales que dependían de ellas y, finalmente, sobre los carnívoros.