Recoleta
Este barrio es llamado "la París argentina" por la gran inmigración francesa desde 1840 y su consecuente arquitectura. Dentro de sus límites se encuentran grandes espacios culturales, monumentos históricos, el Museo Nacional de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional, el Centro Cultural Recoleta y otros pabellones de exposiciones.
Límites:
Uruguay, Guido, Montevideo, Proyección de Montevideo, Brig. Gral. Facundo Quiroga, prolongación virtual de Juan Bibiloni, bajada Autopista Dr. A. Illia (acceso portuario) hasta intersección con Autopista Illia, Avenida Pte. Ramón Castillo, Acceso Wilson, Av. Tomás Edison, borde oeste de la Dársena D, borde norte de la Dársena D, bordes Dársenas E y F, Avenida Costanera R. Obligado, Jerónimo Salguero, deslinde suroeste zona de vías de los ferrocarriles ex FGBM, ex FGSM, ex FGB, Tagle, Las Heras, Avenida Coronel Díaz, Mario Bravo, Avenida Córdoba.
Comuna 02
Superficie (en km2): 5,9
Densidad (habitantes/km2): 28.049,8
Población Total: 165.494
Mujeres: 95.391 Varones: 70.103
Fuente: DGESC, en base a datos censales, año 2001.
Aniversario: 12 de octubre
Historia:
Este barrio comienza a formarse a fines del siglo XVIII cuando las extensas chacras y quintas de la zona que lo formaron, comenzaron a dividirse y ser edificadas.
Tomó su nombre del Convento de Recoletos Descalzos, levantado en una chacra llamada “Los ombúes”, que recibió el vecino fundador y primer alcalde. Rodrigo Ortiz de Zarate, en el reparto de tierras hecho por Juan de Garay en 1583.
Era un lugar despoblado y solitario y al aumentar la edificación, establecerse el matadero y el cementerio del Norte, fue cambiando su aspecto y transformándose. Luego, con la creación del paseo de la Recoleta, se convirtió en un barrio residencial y lujoso.
La evolución de este barrio fue rápida, no pasó por la fase intermedia de la modesta vivienda del artesano. Las quintas del lugar desaparecieron casi en su totalidad hasta convertirse en una de las zonas más lujosas de la Ciudad.
Debido a la epidemia de fiebre amarilla en 1871, las familias que habitaban la zona sur, debieron emigrar hacia el norte en donde construyeron mansiones de estilo francés muy refinado que cambiaron el paisaje arquitectónico del barrio y lo hicieron conocido a través del nombre la Petit París de Buenos Aires.
El cementerio del norte
Durante la colonia no hubo cementerios, salvo en ciertos momentos cuando, debido a epidemias que causaron gran mortalidad, se habilitaron terrenos que hicieron sus veces. Vuelta la normalidad, cesaron de funcionar.
Los muertos recibían sepultura en los templos y a sus alrededores. Estas costumbres duraron hasta 1809, en que, a causa del aumento de la población y desarrollo de la Ciudad, las autoridades temieron por la salud pública y resolvieron prohibirlo, sin embargo algunos vecinos insistían con esas prácticas.
Finalmente, el 8 de julio de 1822, el gobernador general don Manuel Rodríguez, dispusieron destinar una parte del huerto de los frailes recoletos para enterratorio general, llamándolo Cementerio del Norte, aunque para todos fue, y sigue siendo, el de la Recoleta.
En los comienzos, su aspecto era de abandono y desolación, se trataba de un terreno baldío con muros bajos y la mayoría de las personas sentían retraimiento para entrar en el. Se recibían muchas quejas de los vecinos y se pedía que se cierre el cementerio. De esta forma, el intendente don Torcuato de Alvear, hizo sentir su obra progresista, transformando el aspecto exterior del cementerio mediante la construcción de un pórtico monumental. A partir de ese momento todo fue mejora y el predio se convirtió en un pintoresco cementerio.
Fuente: DE LA FUENTE MACHAIN, R. El barrio de la Recoleta. Buenos Aires, 1973. Cuadernos de Buenos Aires.