Nuevos legados y adquisiciones
El Museo Fernández Blanco se perfila como el mayor referente del arte colonial en Argentina: el legado de Celina González Garaño y la dirección del Profesor Héctor Schenone.
En el año 1963, las colecciones del Museo Fernández Blanco se vieron nuevamente enriquecidas por el legado Celina González Garaño, compuesto por más de setecientas obras de arte sudamericanas de los siglos XVIII, XIX y XX. Este fenómeno se repitió con su hermano Alfredo en 1972 y con su cuñada María Teresa Ayerza, en 1989.
Cuando en la década del sesenta el profesor Héctor Schenone se hizo cargo de la dirección del museo supo imprimir la marca que terminaría por definir el perfil de una institución que hoy se reconoce como un claro exponente del arte virreinal americano. Schenone promovió y concretó una serie de adquisiciones y donaciones –ajenas y propias- que contribuyeron de manera contundente a forjar el perfil hispanoamericano del conjunto, bajo la traza no ya de un coleccionismo identitario de una clase sino producto de años de investigación científica.
Enero, 1971. El Profesor Héctor Schenone durante el montaje de una exhibición en el Palacio Noel. Fue director del Museo Fernández Blanco entre los años 1966 y 1976.
Pinturas, imaginería, platería, mobiliario, libros, medallas, y objetos religiosos de diferentes procedencias y dataciones que habían sido coleccionados y expuestos bajo los vectores culturales y sociales de las primeras décadas del siglo XX, requirieron de una puesta en orden de acuerdo a las nuevas miradas que arrojaban los estudios sobre arte colonial más recientes y que se consolidaban cada vez más en la región.